Bélgica investiga al excomisario europeo de Justicia Didier Reynders por posible fraude

El pasado martes, sólo tres días después de que dejara de ejercer como comisario europeo de Justicia, cargo que ocupó durante el primer mandato de Ursula von der Leyen, entre 2019 y 2024, los agentes registraron las residencias de Reynders –su vivienda habitual en Uccle y una casa de campo en Vissoul– y después le interrogaron. Quedó en libertad sin cargos, según explicó el diario belga 'Le Soir', al gozar de cierta inmunidad aunque ya no ocupe ningún puesto de poder. Es un beneficio que mantiene de su etapa como ministro –de Finanzas (1999-2011) y de Asuntos Exteriores (2011-2019)– antes de dar el salto a la Comisión Europea. No trascendió si en las viviendas se encontró o no dinero en efectivo.

El caso, que se encuentra en manos de la sección Ecofin de la Policía judicial federal de Bélgica, está envuelto en un enorme hermetismo. No sólo se esperó a que Reynders saliera del Ejecutivo comunitario para agilizar la investigación sino que, además, el expediente abierto hace más de un año sobre él se mantuvo bajo embargo hasta el mismo martes, lo que supuso que los informes en torno al excomisario no aparecieran durante ese tiempo en la base policial de datos. Sólo un puñado de investigadores y magistrados de Bruselas conocía lo que sucedía.

La alarma saltó en 2023 a raíz de una denuncia presentada por la Unidad de Procesamiento de Información Financiera belga (Ctif) y la Lotería Nacional –que en el último lustro no ha detectado ningún otro caso de fraude similar– que apuntaba a una actividad extraña por parte de Reynders en este organismo del que, precisamente, había sido responsable entre 2007 y 2011 como parte de sus competencias como ministro de Finanzas. El supuesto blanqueo, sin embargo, se habría registrado cuando ya no estaba al frente del organismo dedicado a la lotería. El diario 'Le soir' cuenta que el Ctif notificó varias transacciones de dinero sospechosas por parte del excomisario durante un largo periodo y por un importe relativamente elevado, aunque no se ha concretado cuánto.

La hipótesis que manejan los investigadores es que el político adquirió «billetes eléctronicos» de la Lotería Nacional belga con fines ilícitos. Se trata de bonos de 1 a 100 euros disponibles en cualquier punto de venta y cuyo premio se puede transferir a un monedero online alojado en la web del propio organismo público dedicado a los juegos de azar. Las indagaciones sugieren que Reynders pagó los boletos, en parte, en efectivo y que traspasó las ganancias obtenidas con ellos a su cuenta corriente. De esta forma, el antiguo ministro y comisario habría blanqueado dinero, cuya procedencia tampoco ha trascendido por ahora.

La causa contra el político liberal se encuentra aún en fase de investigación, pero si la Fiscalía de Bruselas quisiera iniciar un procecimiento judicial contra él tendría que solicitar a la Cámara de Representantes belga que levantara a Reynders la inmunidad, un derecho heredado de su pasado como ministro y que disfruta todavía pese a carecer ya de cargo público alguno. En caso de haberse ordenado el registro de sus viviendas cuando formaba parte del Ejecutivo europeo, el Colegio de Comisarios con Von der Leyen a la cabeza tendría que haber sido informado sobre el procedimiento.

Reynders quedó el pasado fin de semana fuera de la primera línea política tras más de dos décadas en cargos públicos. El excomisario fracasó un par de veces en su intento de convertirse en secretario general del Consejo de Europa y su nombre fue también descartado como candidato belga a la Comisión Europea aprobada la pasada semana. Su partido, Movimiento Reformador, prefirió a la antigua ministra de Exteriores Hadja Lahbib en su lugar.