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El Manneken Pis, la estatua del niño orinando situada en el centro histórico de Bruselas, es quizás una de las imágenes más reconocibles de Bélgica. Y la estampa de la pequeña estatuilla de bronce vuelve a la mente con el escándalo del 'Pipigate', un terremoto ... mediático que puede costarle el cargo al ministro de Justicia belga, Vincent van Quickenborne. El político está en la cuerda floja después de que varios de los invitados a su cincuenta cumpleaños orinaran en el furgón policial que se encontraba allí para proteger al ministro.
La noticia lleva días ocupando las portadas de revistas y programas de televisión. Hasta el punto de que Van Quickenborne se vio obligado a dar explicaciones este jueves ante el Parlamento federal. Los hechos en cuestión se remontan a la noche del 14 al 15 de agosto. El ministro de Justicia organizó una antológica fiesta de cumpleaños en su casa de Cortrai, a la que acudieron unos sesenta invitados. «Cumplir cincuenta años es un momento importante. Quise celebrarlo como cuando era joven», explicaría después.
Durante el evento, un furgón policial permaneció aparcado en el exterior de la vivienda. El político cuenta con protección policial, ya que ha recibido amenazas por parte del crimen organizado –de hecho, las fuerzas de seguridad belgas frustraron hace un año un intento de secuestro–.
Por suerte, la furgoneta estaba vacía cuando tres de los amigos de Van Quickenborne –quizás en una excursión frustrada en busca del baño– acabaron saliendo de la casa y orinaron contra uno de sus laterales. Las imágenes de seguridad del exterior de la vivienda mostraron, además, cierta alevosía, pues los tres individuos volvieron a repetir la operación hasta en dos ocasiones más.
Aunque las imágenes de videovigilancia no se han hecho públicas, sí ha trascendido otro vídeo que el político entregó a los medios como prueba de que él no estaba al tanto de lo ocurrido. Las imágenes, con todo, están abiertas a la interpretación. En ellas se ve a Van Quickenborne saliendo de su casa horas después de las tres excursiones urinarias junto a un amigo. Mientras esperan a que llegue un taxi, el ministro lleva a cabo un gesto que varios medios han visto como una imitación de una persona ebria meando.
Tras el visionado de este vídeo en sede parlamentaria, el político explicó que el gesto era una pose de 'air guitar', emulando que tocaba una guitarra imaginaria. «Soy aficionado a la guitarra y me gusta el heavy metal», explicó. Según su testimonio, no descubrió lo ocurrido hasta días después y, al enterarse, llamó a sus amigos para reprenderles: «Les insulté y les dije que tenían que presentarse ante la Fiscalía», aseguró. También se disculpó con los agentes de policía que estaban encargados de protegerle. Ese gesto no es suficiente para los partidos de ultraderecha, que piden su dimisión.
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