El partido oficialista de Georgia convoca elecciones presidenciales para el 14 de diciembre

Este martes, por petición de Ensueño Georgiano, el Parlamento ha aprobado celebrar los comicios presidenciales el 14 de diciembre, un mes antes de lo previsto. El Congreso tiene 150 diputados pero solo 80 de ellos (todos los del Sueño Georgiano) han estado presentes durante la votación. Era de esperar que todos se posicionara a favor de la propuesta y por ende, ésta saldrá adelante al contar con la mayoría. El resto de diputados han decidido ausentarse y boicotear la medida por considerar que su victoria en las pasadas elecciones fue fraudulenta.

Según dictan las leyes del país, los comicios presidenciales deben celebrarse en un plazo de 45 días desde la primera sesión del Parlamento. La fecha fijada para la investidura del nuevo jefe de Estado es el 29 de diciembre. El jefe del Parlamento, Shalva Papuashvili, miembro de Ensueño Georgiano, ha destacado la importancia de que estas citas tengan lugar en diciembre y no en enero para garantizar así que en 2025 arranque un nuevo mandato presidencial de cinco años.

Salomé Zurabishvili dejará el cargo el 16 de diciembre, y al mismo tiempo, habrá sido la última presidenta en ser elegida por votación popular. La última reforma de la legislación electoral apuesta por la creación de una especie de colegio formado por 300 votantes que decidirán quién será el nuevo jefe de Estado. Entre todos ellos, estarán los 150 diputados del Parlamento, los 21 miembros del Consejo Supremo de Adjara, los 20 miembros del Consejo Supremo de Abjasia y 109 miembros de las autoridades locales.

Las elecciones celebradas en octubre eran cruciales para determinar el futuro de Georgia, un país que, por su geografía, se ubica entre la Unión Europea y la zona de influencia rusa. Zurabishvili y los partidos de la oposición tienen una visión proeuropea y abogan por entrar en la UE. El primer ministro, Irakli Kobakhidze, de Ensueño Georgiano, ha afirmado en varias ocasiones que desde su formación también son partidarios de integrarse en el club comunitario, pero gran parte de la ciudadanía lo cuestiona ya que han implementado políticas próximas al Kremlin. Él, sin embargo, quiso dejar claro que «Rusia no tiene influencia en este país».

Desde Bruselas preocupa el rumbo que está adquiriendo el país y temen que Rusia adquiera una influencia mayor en la zona caucásica, aunque las encuestas son claras: a ocho de cada diez georgianos les gustaría formar parte de la UE.