El Gobierno griego supera la moción de censura por el escándalo de las escuchas telefónicas

«Las escuchas son políticamente inaceptables», dijo el líder conservador, haciendo referencia al caso de Nikos Andrulakis, líder del partido socialdemócrata Pasok, cuya denuncia el pasado mes de agosto de que su teléfono móvil había sido pinchado dio pie a la investigación sobre el escándalo. Éste le ha costado ya el puesto al jefe de los servicios secretos, Panayotis Kontoleon, y a Grigoris Dimitriadis, jefe de gabinete y sobrino de Mitsotakis, que en cambio siempre defendió que ni ordenó ni estaba al corriente de las escuchas.

La 'distopía orwelliana' que supone el caso, según Tsipras, le llevó a promover la moción de censura pese a que sabía que la oposición no contaba con números suficientes para tener éxito. Con la votación, no obstante, consiguió llevar al centro de la atención de la opinión pública una cuestión que había pasado casi desapercibida, permitiéndole desgastar al Gobierno de cara a las elecciones parlamentarias de la próxima primavera. «Ustedes sabían de las escuchas porque las ordenaron y han mentido durante seis meses», dijo el líder opositor, considerando a Mitsotakis el «coordinador» de la «violación del estado de derecho sin precedentes» que supone este programa.

El jefe del Ejecutivo aceptó el envite de su rival con la idea de aprovechar su comparecencia para sacar pecho por los logros de su Gobierno, particularmente la estabilización económica que, el pasado mes de agosto, permitió a Grecia librarse de la supervisión reforzada de sus cuentas por parte de las instituciones europeas. El país heleno logró así poner fin al tutelaje por parte de Bruselas de los últimos 12 años, en los que se sucedieron tres rescates financieros destinados a evitar la bancarrota e incluso el abandono del euro. Mitsotakis esperaba salir reforzado de la votación para lograr remontar en las encuestas. Éstas vaticinan una victoria de ND con unos 8 puntos de margen sobre Syriza, la coalición liderada por Tsipras, aunque el actual jefe del Gobierno podría no repetir la mayoría absoluta en la próxima cita con las urnas y verse obligado a aliarse con alguna otra formación política para seguir en el poder.

La oposición tenía puestas sus esperanzas en que la moción de censura favoreciera que surgieran fracturas dentro de las diversas corrientes de ND, algo que al final no ocurrió. Estas expectativas venían del hecho de que habrían sido objeto de las escuchas algunos miembros del actual Gobierno, como el actual ministro de Trabajo y extitular de Energía y Medio Ambiente, Kostís Jatzidakis. Según Tsipras, que tuvo acceso al informe reservado realizado por la Autoridad para la Protección de las Comunicaciones, Jatzidakis y otros altos cargos habrían sufrido escuchas para obtener «información útil» que pudiera ser utilizada como «chantaje» en su contra en caso de necesidad. Otra víctima de la campaña de espionaje sería el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Konstantinos Floros. Realizado al parecer por medio del programa Predator, que infecta los teléfonos móviles, el espionaje supondría una violación de la legislación griega, que únicamente permite interceptar las conversaciones telefónicas cuando existen razones de «seguridad nacional».