Michel Barnier, en la sesión de este miércoles de la Asamblea Nacional que certificó su final. Reuters

Macron acepta la dimisión de Barnier y le pide que siga en funciones hasta el nombramiento del nuevo primer ministro

La aprobación de la moción de censura por parte de la izquierda y la ultraderecha acentúa la inestabilidad política de Francia y deja muy tocado al presidente

Enric Bonet

París

Miércoles, 4 de diciembre 2024

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha aceptado este jueves la dimisión del primer ministro, Michel Barnier, al que ha recibido en el Elíseo un día después de que la izquierda y la ultraderecha secundasen en la Asamblea Nacional una moción de censura que ha ... supuesto la caída del Gobierno. Barnier y el resto de ministros, no obstante, deberán permanecer en funciones «hasta la nominación de un nuevo Gobierno», según una escueta nota de la Presidencia gala en la que no se adelanta el posible calendario, si bien la prensa da por hecho que el relevo quedará resuelto en poco tiempo.

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Tras recibir a Barnier a primera hora del día, Macron ha iniciado una ronda de contactos que ha incluido citas con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado. Además, ha comido con el centrista François Bayrou, líder del Movimiento Democrático (Modem) y nombre recurrente en las quinielas para suceder a Barnier, según la cadena BFM TV.

Otro de los teóricos candidatos es el actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, un dirigente cercano a Macron. «No soy candidato a nada», ha zanjado sin embargo este jueves al ser interrogado sobre este tema en la RTL.

Estos movimientos son consecuencia de lo que sucedió ayer. «El primer ministro tiene que entregar al presidente de la República su dimisión. Las labores de la Asamblea quedan aplazadas». La presidenta del Parlamento francés, Yaël Braun-Pivet, concluyó con estas palabras uno de los debates en el hemiciclo más previsibles y al mismo tiempo extraordinarios de las últimas décadas. La Asamblea Nacional había forzado la caída de un Ejecutivo por primera vez desde 1962.

El conservador Michel Barnier se ha convertido en el primer ministro con un mandato más breve, menos de tres meses, en la historia de la Quinta República. Su Gobierno de coalición entre el centro-derecha macronista y la derecha tradicional de Los Republicanos (LR) sucumbió ante la moción de censura presentada por la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), que recibió el apoyo de la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés). Una alianza circunstancial entre bloques antagónicos que acentúa la inestabilidad en el país, además de aumentar la presión sobre el presidente, Emmanuel Macron.

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No hubo ningún giro de guion inesperado. Hasta 331 diputados -el umbral de la mayoría absoluta se sitúa en 289- votaron a favor del texto presentado por la alianza compuesta por la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos), el Partido Socialista, los verdes y los comunistas. La suerte estaba echada desde el lunes cuando la ultraderechista Marine Le Pen confirmó que respaldaría la moción de su propia formación, pero también la de la izquierda. Estas iniciativas han sido presentadas en respuesta a la aprobación de la parte de los presupuestos dedicada a la Seguridad Social a través del 49.3, un polémico decreto que sirve para sacar adelante una ley sin una votación parlamentaria.

Un tono menos amargo

«Ustedes dijeron que respetarían el Parlamento tras el récord en el uso del 49.3 del Gobierno precedente» de Elisabeth Borne, aseguró el diputado insumiso Éric Coquerel, que fue el primero en defender el texto de censura. «He intentado confrontarme a esta realidad» delicada de las arcas públicas en un país que registrará este año un déficit público superior al 6%, afirmó Barnier, quien tuvo un tono menos amargo que en los últimos días, como si ya hubiera digerido este revés mayúsculo. «Y esta realidad no desaparecerá si vamos encadenando mociones de censura», añadió en su última intervención en la Cámara Baja como responsable del Ejecutivo.

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Otra de las protagonistas del debate fue Le Pen. Su paso de una aparente «oposición constructiva» a otra frontal a la ley presupuestaria, que incluye los recortes más duros (una disminución del gasto público de 40.000 millones de euros) desde 2017, cogió con el pie cambiado a Barnier. «Lo más sorprendente en este epílogo es la sorpresa del primer ministro», recordó durante el debate con cierta malicia la líder ultra, cuyos problemas con la Justicia coincidieron con sus ganas de tumbar al Ejecutivo, ya de por sí débil debido al apoyo de solo 212 representantes (de un total de 577).

Las frases

Ex primer ministro

Michel Barnier

«La deuda y los problemas presupuestarios no desaparecerán con esta moción»

La Francia Insumisa

Jean-Luc Mélenchon

«Aunque ponga un Barnier cada tres meses, Macron no durará tres años»

Agrupación Nacional

Marine Le Pen

«Tenía que defender a los franceses, incluso a costa de sumar mis votos a los de la izquierda»

Los Republicanos

Valérie Pécresse

«Barnier ha intentado volver a encaminar el país. Es un día triste para Francia»

«Los diputados lepenistas mienten cuando dicen que no es culpa suya el hecho de provocar este caos», les reprochó el ex primer ministro Gabriel Attal, actualmente al frente del grupo parlamentario del partido del presidente. A diferencia de España, en Francia el éxito de un texto de censura no supone la investidura de un Gobierno alternativo por parte de aquellos que presentan la iniciativa. El modelo presidencialista de la Quinta República ofrece un amplio margen de maniobra a Macron a la hora de elegir al sucesor de Barnier.

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Los medios galos ya especulan con los futuribles para Matignon. Entre ellos destacan actuales ministros o dirigentes con experiencia gubernamental. La mayoría forma parte de la órbita de la derecha tradicional, aunque no se puede descartar que apueste por un perfil de centro-izquierda.

Presidenciales en 2027

Sin embargo, los nombres que circulan tampoco ofrecen la garantía de no suscitar la ira de las oposiciones. «Si escogen un perfil parecido a Barnier, volveremos a censurarlo», advertía el diputado Coquerel en los pasillos de la Cámara Baja en declaraciones a este medio. «No solo no hay ninguna mayoría clara en el Parlamento, sino que también hay una incapacidad de cada uno de los tres bloques (izquierda, macronismo y derecha radical) para lograr acuerdos. Estos solo piensan en las próximas presidenciales -previstas para 2027-. No le veo una salida clara a esta crisis», explica el politólogo Christophe Bouillaud, profesor en Sciences Po Grenoble.

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La sorpresa, y el consuelo, quizás consistirá esta vez en que Macron no se demorará tanto como durante el verano. Entonces, tardó casi dos meses a la hora de elegir a un responsable del Ejecutivo tras las elecciones anticipadas del 7 de julio. Esos comicios dejaron un Parlamento muy fragmentado y muchos franceses ven en el jefe del Estado el principal responsable de esta crisis. Ahora no le interesa procrastinar, ya que eso reforzaría la presión de aquellos representantes cada vez más numerosos, incluidos algunos del centro (como Charles de Courson) y la derecha tradicional (Jean-François Copé y David Lisnard), que piden su dimisión como salida del atolladero.

«El jefe del Estado no quiere estar sin un Gobierno ante Donald Trump este fin de semana», afirmó una fuente del entorno presidencial a la cadena BFM TV, tal vez con una visión demasiada optimista sobre el futuro nombramiento. El próximo inquilino de la Casa Blanca viajará a París para asistir a la reapertura de Notre Dame. Ese momento que debía representar el resurgimiento de la 'grandeur' francesa ha quedado eclipsado por esta crisis gubernamental, una de las más graves a lo largo de la accidentada presidencia de Macron.

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