París provoca una fuerte polémica al limitar a 50 kilómetros la velocidad de su cinturón periférico

El Ayuntamiento de la capital gala contemplaba aplicar hace dos años esta limitación -una de las promesas de la regidora con orígenes españoles durante su reelección en 2020-, pero prefirió esperar. Al final, la ha adoptado ahora tras el éxito de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

El concejal de Transportes, el ecologista David Belliard, reivindicó los aspectos positivos de esta restricción. «Cuando uno disminuye la velocidad está reduciendo el ruido para el conjunto de personas que viven cerca del periférico. Sirve para darles mejor calidad de vida. El derecho al sueño es algo realmente importante». Además de la bajada de decibelios en esa arteria que rodea París, la municipalidad defiende que servirá para rebajar la contaminación, aunque hay debate entre los expertos sobre ello.

Cada día 1,3 millones de automovilistas circulan por esta carretera, cuya construcción concluyó en 1973. Debido a los constantes atascos, su velocidad media es de 37 kilómetros por hora. Su rol central en la movilidad parisina comporta que cualquier cambio genere una gran polémica. Ya había suscitado controversia en 2014 el paso de 80 a 70 kilómetros por hora. La presidenta de la región de Ile-de-France, Valérie Pécresse, la tachó esta vez de propuesta «socialmente injusta». Según la política conservadora «prácticamente solo afectará a los trabajadores nocturnos y aquellos que empiezan más pronto por la mañana».

Además de la patronal, el Ministerio de Transportes expresó sus reticencias. La limitación de la velocidad en ese eje se trata, sin embargo, de una competencia municipal. El Ayuntamiento y el Gobierno central harán un balance conjunto dentro de un año y en función de eso tomarán medidas. Tras la limitación de la velocidad, los cambios en el periférico está previsto que continúen, dado que Hidalgo quiere dedicar uno de los carriles a los taxis, autobuses, ambulancias o vehículos compartidos.

París también pretende prohibir a partir del año que viene todos aquellos vehículos que solo estén de paso por una amplia zona del centro de la capital. Todas estas medidas van destinadas a cambiar la manera en que se desplazan los parisinos. Y seguir la estela de la peatonalización de los muelles del Sena. Una medida muy polémica cuando la impulsaron en 2016, pero que ha terminado generando consenso.