M. Pérez
Viernes, 27 de diciembre 2024
El 'Eagle S', el petrolero fantasma apresado por Finlandia acusado de romper varios tendidos submarinos en el Báltico, está siendo trasladado este sábado a una zona de alta seguridad en el fondeadero interior de Svartbeck, próximo al puerto de Kilpilahti, donde la Policía Criminal Central ... continuará sus investigaciones por un posible caso de sabotaje. Las autoridades finesas creen que las pesquisas se prolongarán durante días o semanas y consideran que la nueva ubicación resulta más adecuada para la labor policial que una zona abierta en el Golfo de Finlandia.
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Dos pilotos han subido a bordo para dirigir la nave a Svartbeck con la ayuda de dos remolcadores y una escolta de la Guardia Fronteriza. Las autoridades no han dejado acercarse a otros barcos ni a los medios de comunicación y, de hecho, han decretado una zona de exclusión de casi dos kilómetros alrededor de la bahía. También se ha prohibido que las aeronaves sobrevuelen este espacio. El 'Eagle S' llegará sobre las cuatro de la tarde a su nuevo destino y, a partir de ese momento, es previsible que la Policía dé paso al interrogatorio de la tripulación, de origen indio y georgiano. Algunas fuentes aseguran que la agencia de Seguridad Nacional tiene la intención de inspeccionar el barco también para averiguar si lleva equipos de espionaje.
«La investigación preliminar se encuentra ahora en la etapa de búsqueda de pruebas. El barco ha sido incautado con fines probatorios», ha explicado el comisario de la Policía de Helsinki, Heikki Porola. Las pesquisas tratan de averiguar si el navío cometió un acto de «vandalismo» o sufrió una avería que descolgó accidentalmente el ancla hasta el fondo del mar, como parece haber argumentado el capitán.
Por su parte, el presidente, Alexander Stubb, ha dicho que todavía resulta «apresurado» saber si el incidente tiene relación con un episodio de guerra híbrida, aunque ha advertido que «si ocurren tres eventos de este tipo en un año, no pueden ser todos mera coincidencia», en alusión a otros dos cortes recientes de cables submarinos ocurridos en el Báltico que han afectado a Finlandia, Estonia, Lituania y Alemania. Hace meses ya que la Unión Europea y algunos de sus veintisiete socios han expresado su preocupación ante la creciente eventualidad de una 'guerra de cables' bajo los mares, preferentemente del norte de Europa, después de varias roturas en las que han estado implicados mercantes, petroleros y pesqueros de nacionalidad rusa y china.
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El Gobierno considera afortunado que la interceptación del buque ruso se produjera justo después de detectarse la rotura del Eastlink 2, un tendido eléctrico y de trasmisión de datos que conecta Finlandia y Estonia a través de 142 kilómetros de cable submarino. Se sospecha que el corte lo produjo el petrolero al soltar el ancla y arrastrarla por el fondo marino. De ser así, un hecho intencionado y no accidental, el Ejecutivo calcula que si el barco hubiera avanzado durante media hora más podría haber dañado otro tendido parecido, el Eastlink 1, y treinta minutos más tarde sabotear el gasoducto Balticonnector. Esta tubería transporta 7,2 millones de metros cúbicos de gas al día entre Finlandia y Estonia, y ya sufrió un ataque en octubre de 2023 por parte de un mercante chino que utilizó la misma técnica de arrastrado del ancla.
La operadora del Eastlink 2 ha explicado este sábado que la reparación de la línea se prolongará hasta finales de julio.
Los gobiernos de Finlandia y Estonia han mantenido varias conversaciones en las últimas horas con otras autoridades de la región, la Alianza Atlántica y la Comisión Europea para abordar los cíclicos incidentes de la infraestructura submarina del Báltico. La OTAN ha aprobado el despliegue de buques militares y drones subacuáticos en el mar Báltico para proteger miles de kilómetros de cables eléctricos y de internet tendidos en el fondo. El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, anunció este viernes esta inédita movilización tras la interceptación de un petrolero ruso que el día de Navidad supuestamente cortó cinco conexiones submarinas entre Finlandia y Estonia. Este último país ha ordenado ya zarpar a una patrullera para vigilar las redes y evitar un nuevo boicot.
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La aprehensión del barco-cisterna ha supuesto un punto de inflexión en la postura de Europa sobre este tipo de técnicas de sabotaje de guerra híbrida. O mejor dicho, ha sido la acumulación de casos registrados en los últimos años, y en especial a partir de la invasión de Ucrania en 2022, los que han motivado la intervención de la OTAN por primera vez sobre el terreno y de la Unión Europea en otros flancos, como el de las sanciones a los causantes de los accidentes, según declaró la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas. La iniciativa de los Veintisiete, sin embargo, es compleja de aplicar en el caso de los rusos.
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Estos suelen recurrir a su denominada 'flota fantasma' o barcos «en la sombra», viejos buques de carga y petroleros con banderas de conveniencia, escasa documentación y propietarios amparados bajo marañas mercantiles, difíciles de perseguir jurídicamente. Son una especie de mercenarios de la mar. Alejados lo suficiente del Kremlin como para evitar un vínculo político e invisibilizados al modo de los espías a quienes se retira la chapa de identificación antes de saltar tras las líneas enemigas. Aun así, la UE se empeña en bloquearlos. Solo este mes ha dictado cincuenta sanciones contra mercantes y cisternas por infringir el bloqueo comercial a Moscú.
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Unas horas después de la rotura de cuatro líneas de datos y una quinta eléctrica entre los dos países del norte europeo, la Guardia Fronteriza de Finlandia localizó el jueves al 'Eagle S', lo abordó y lo condujo a aguas nacionales, en concreto al puerto finés de Porkkalanniemi donde este viernes se desarrollaba la investigación correspondiente bajo fuertes medidas de seguridad, Registrado en las islas Cook, se trata de la clase de petrolero ajustado a las características de sus compañeros 'fantasmas': bañeras flotantes que transportan clandestinamente crudo para sortear el tope de precios y otras sanciones de los aliados occidentales. Sus puertos de destino suelen ubicarse en África, Brasil, China o India.
El abordaje del 'Eagle S' tuvo todos los ingredientes de una operación de acción y demuestra que el Gobierno de Finlandia se ha hartado de asistir pasiva y pacientemente a este tipo de sabotajes. Estonia y otros países del entorno mostraron este viernes su «positiva sorpresa» por la fulgurante acción del ejército y la Guardia Fronteriza, cuyos miembros descendieron desde dos helicópteros sobre la cubierta y tomaron el control de la nave. Medios próximos al operativo han destacado también la disposición a colaborar de la tripulación. El barco mantuvo en silencio la radio tras una primera llamada de atención, pero a continuación enfiló hacia aguas nacionales para que los agentes fronterizos pudieran abordarlo. Los mismos medios señalan que, con un ejemplo de fortaleza expeditivo como éste, Helsinki ha querido enviar un mensaje de dureza al Kremlin.
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En el Báltico ha sido frecuente el boicoteo de las redes submarinas eléctricas y de fibra óptica en los últimos dos años, con al menos media docena de casos graves. Incluso China reconoció el pasado agosto que los destrozos ocurridos en octubre de 2023 en el gasoducto Balticconnector los ocasionó un buque de su nacionalidad, aunque atribuyó la causa a los efectos de un temporal. Las acciones más recientes pueden estar relacionadas con el hecho de que la UE se prepara para acabar en enero con el exiguo 15% de gas ruso que todavía adquiere al país invasor de Ucrania.
Las fuerzas de seguridad han constatado que el buque, cargado con 35.000 toneladas de gasolina sin plomo y en ruta desde San Petersburgo hacia Egipto, había navegado varios días por el Golfo de Finlandia. Los radares marítimos muestran que demoró su marcha justo cuando cruzaba sobre el tendido eléctrico Estlink 2 y casi de forma simultánea a que éste dejara de ofrecer servicio, a mediodía. El 'Eagle S' avanzó durante unos minutos, luego dio media vuelta, regresó sobre su trazada y, de nuevo, giró para continuar su trayecto. Los agentes comprobaron durante el abordaje que su ancla estaba descolocada. Lo normal en estos ataques es que los capitanes ordenen descolgarla y la arrastren por el fondo para enganchar los cables.
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La cuestión ahora es que la Fiscalía pueda acumular las pruebas suficientes para formalizar una imputación. Su intención es acusar al capitán de un delito de vandalismo, castigado con entre dos y diez años de prisión. La tripulación la integran indios y georgianos. El propietario es un particular cuya oficina está al lado de un hotel de lujo en Dubái.
Lograr una condena no es sencillo. El pasado día 21 el buque chino 'Yi Peng 3' soltó amarras tras haber sido apresado un mes antes por el corte de dos conexiones submarinas Suecia-Lituania y Finlandia-Alemania. Pekín impidió que el fiscal europeo encargado de la investigación pudiera ni siquiera subir a cubierta para interrogar a la tripulación. Mercantes y pesqueros de nacionalidad china se ven involucrados a menudo en la rotura de infraestructuras estratégicas bajo el mar.
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La OTAN recurrirá a los USV, o buques de superficie no tripulados, que se alimentan de placas solares y pueden funcionar durante las 24 horas del día, para vigilar los miles de kilómetros de redes de comunicación trenzadas bajo el Báltico. El Comando Central de las Fuerzas Navales de Estados Unidos estrenó en enero una unidad de estos drones, llamada Task Force 59.1, para ejercer labores de seguridad marítima en Oriente Medio.
«La OTAN se solidariza con los aliados y condena cualquier ataque a infraestructuras críticas. Estamos siguiendo las investigaciones y preparados para brindar más apoyo», manifestó Rutte en un comunicado al término de una reunión con las autoridades de Estonia, Finlandia, Polonia, Dinamarca y la Comisión Europea. La UE añadió que «no existe ningún riesgo para la seguridad del suministro eléctrico en la región».
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La reparación de los tendidos rotos por el 'Eagle 5' durará semanas, aunque muy pocos en Finlandia y Estonia sufrirán problemas graves con sus coberturas. Hoy en día muchos conductos submarinos disponen de sistemas redundantes. Se trata de una infraestructura estratégica «crítica» y lo importante es evitar grandes apagones de energía o cortes en la transmisión de datos. Aun así, en ocasiones son inevitables, aparte del alto coste que generan las obras de reposición. Los analistas sostienen que la amenaza de la guerra híbrida va en aumento y está cada vez más presente. Su evolución puede hacer que sus consecuencias resulten incalculables. No en vano, estas redes fluyen a lo largo de 1,2 millones de kilómetros bajo el mar y canalizan el 95% de las comunicaciones de voz y datos en el mundo.
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