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Juan Carlos Barrena
Berlín
Miércoles, 22 de marzo 2023, 12:13
Una empresa cervecera alemana quiere revolucionar el comercio con la bebida alcohólica refrescante por excelencia con una aportación inaudita: cerveza en polvo. Llevar el producto granulado a lugares remotos es, desde luego, mucho más amigable con el medio ambiente que el envío en botellas, latas ... o barriles. Se ahorran apreciablemente costes de transporte, pero también de almacenamiento, todo ello con un trasfondo ecológico, ya que se reduce notablemente la huella de CO2.
Solo hay que añadir agua, revolver y se puede disfrutar de una jarra, caña o zurito instantáneo, como sucede con algunos tipos de cafés o limonadas que se ofertan en sobres. La cervecería monacal Neuzelle, en la norteña región alemana de Brandeburgo, acaba de presentar el resultado de dos años de experimentos financiados por el ministerio federal de Economía y Protección del Clima y la Unión Europea.
Bautizada comercialmente por la «Klosterbrauerei Neuzelle» como «Dryest Beer», la cerveza más seca, se encuentra aún en fase experimental y, según sus creadores, se produce igual que las demás, con productos naturales como cebada y lúpulo. Se trata de una bebida especial rica en dextrinas que es sometida a un proceso de secado hasta convertirla en un granulado o polvo. Todo el desarrollo es absolutamente secreto, pero basta con unas cucharadas en un vaso de agua con gas para disfrutar de una de las bebidas que más se consume en el mundo.
«Es el momento, a la vista de la situación de nuestro medio ambiente, de cuestionar la producción clásica de cerveza», ha afirmado Helmut Fritsche, gerente de la cervecería Neuzelle. «En todo el mundo se transportan miles de millones de litros de agua hasta los consumidores, teniendo en cuenta que el 90% de la cerveza es agua.
Desde el punto de vista ecológico se podrá ahorrar en el transporte, aunque aún no en la aplicación de recursos y los costes de producción», ha añadido Fritsche en la web de su empresa. Por ese motivo, la cervecería fundada en 1589 en el monasterio cisterciense de Neuzelle trabaja actualmente en comprimir y transformar el proceso técnico de producción. Ha empezado por alcoholizar su producto, ya que su primer prototipo carece de alcohol. «Sabemos que los clásicos bebedores de cerveza Pilsen y los entusiastas de las llamadas 'craft beer', sobre todo en Alemania, se muestran muy escépticos ante nuestra nueva bebida», ha reconocido Fritsche.
«Pero no se trata solo de introducir un producto en el mercado, sino de cuestionar el modelo de negocio de la cerveza. Por eso no contemplamos como cliente al cásico consumidor final alemán, sino a los vendedores globales, que no necesariamente deben tener conocimientos sobre la fermentación de cerveza, pero pueden utilizar el granulado para fabricar y distribuir el producto final», ha explicado Fritsche. En Alemania y probablemente en otros países europeos comenzará a comercializarse el próximo verano.
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