Un nuevo ataque ruso sobre Járkov causa al menos un muerto y 17 heridos

Las redes sociales muestran vídeos de la destrucción causada por la andanada en varios edificios de viviendas. Según el alcalde de la ciudad, Ígor Térejov, en el distrito de Jolodnogorsk de Járkov los impactos dañaron las fachadas de una veintena de bloques de apartamentos, las instalaciones de un dispensario médico y destruyeron 14 vehículos que estaban aparcados. El jefe de la Policía de la región, Volodímir Timoshko, declaró a la publicación 'Suspilna Jarkiv' que los cohetes «golpearon un antiguo edificio residencial de tres pisos y la calle adyacente, en la que también resultó alcanzada una clínica», en donde, según Timoshko, «se incendiaron dos pisos, aunque no hubo heridos entre el personal médico. Tampoco había en ese momento pacientes».

El responsable policial subrayó también que en la zona del impacto no había militares, desmintiendo las informaciones del Ministerio de Defensa de Rusia en cuanto a que los ataques se efectúan siempre contra instalaciones del ejército ucraniano. Tanto Térejov como Timoshko calificaron el bombardeo con misiles rusos como una «acción terrorista».

Durante la noche del martes volvió a ser bombardeada también la ciudad portuaria de Odessa. El jefe de la Administración militar regional, Oleg Kiper, y el alcalde, Gennadi Trujánov, aseguraron que tres personas resultaron heridas como consecuencia de la caída de fragmentos de los drones disparados por las fuerzas rusas. De un inmueble de viviendas tuvieron que ser evacuados 130 inquilinos al declararse un voraz incendio. La Fuerza Aérea de Ucrania informó del derribo de 19 de los 20 aparatos volantes lanzados por Rusia.

Por su parte, el gobernador de la región rusa de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, escribió en su canal de Telegram que «nuestro sistema de defensa antiaérea funcionó sobre la ciudad y la región. Han sido derribados siete aparatos aéreos no tripulados y, según datos preliminares, no hubo víctimas». Gladkov añadió que «en otro puntos de la región hubo daños en zonas residenciales, en acristalamientos, en un tejado y se produjo incluso un incendio. En un poblado hubo un corte del fluido eléctrico».

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW en sus siglas en inglés) señala que las declaraciones de este martes del presidente ruso, Vladímir Putin, demuestran que Moscú no ha renunciado a sus «objetivos máximos» en Ucrania. El jefe del Kremlin dijo que la propuesta de paz de Kiev constituye «un intento de empujarnos a abandonar los logros que hemos obtenido durante el último año y medio, pero esto es imposible. Todo el mundo entiende que esto es imposible».

En este sentido, el ISW estima que «Putin ha seguido demostrando que Rusia no está interesada en negociar de buena fe con Ucrania y que sus objetivos máximos a lograr en esta guerra -que equivalen a una capitulación completa de Ucrania y Occidente- permanecen sin cambios».