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El número de muertos tras el ataque con misiles del martes contra un restaurante de la localidad ucraniana de Kramatorsk, en la región de Donetsk, se eleva ya, según las autoridades locales a once, entre ellos tres menores, y a unos sesenta el número de ... heridos. Kramatorsk, escenario ya de una matanza en su estación de ferrocarril en abril del año pasado, se encuentra a escasos kilómetros al noroeste de Bajmut y su captura está ahora entre los principales objetivos de las tropas rusas.
El jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Andri Yermak, informó de que los ataques con misiles Iskander «alcanzó un restaurante situado en un edificio del centro que estaba lleno de visitantes». Un segundo cohete, según Yermak, «golpeó el pueblo cercano de Belenkoye».
Por su parte, el fiscal general, Andri Kostin, precisó que entre los fallecidos había una adolescente de 17 años y dos hermanas gemelas de 14. Las niñas, Julia y Anna Akséchenko, según el departamento de Educación de la ciudad, «terminaron este año el octavo grado escolar y, el próximo 4 de septiembre cumplían 15 años». La nota señala que «el misil detuvo los latidos de los corazones de dos ángeles».
Además, resultaron heridos tres colombianos: el antiguo negociador con las FARC para la paz en Colombia, Sergio Jaramillo; el escritor Héctor Abad Faciolince y la periodista Catalina Gómez. Los tres, que sufrieron heridas «leves», cenaban con la escritora local, Victoria Amelina, que tuvo que ser hospitalizada en estado grave. Resultó también alcanzada la periodista sueco-británica Anastasia Taylor-Lind, según datos recogidos por la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras, subrayando en un mensaje en Twitter que «estos ataques contra civiles y periodistas son crímenes de guerra».
Según Kostin, el ataque se produjo por la tarde «cuando la gente había llegado a casa después del trabajo». En su discurso vespertino, el presidente, Volodímir Zelenski, denunció que «dispararon de forma brutal con misiles S-300». El bombardeo contra el pueblo vecino de Belenkoye provocó heridas a cinco personas.
El inmueble en el que se encontraba el restaurante ha quedado prácticamente destruido. La oficina de la Fiscalía indicó en un comunicado que «los trabajos de rescate continúan. Es posible que todavía haya gente bajo los escombros». En la misma nota se aclara que la ciudad, como dijo Zelenski, no fue bombardeada con misiles S-300, empleados habitualmente para la defensa antiaérea, sino con cohetes Iskander. La Fiscalía además declaró que ha iniciado «una investigación preliminar en virtud del artículo sobre la violación de las leyes y costumbres de la guerra».
El 8 de abril del año pasado, otro ataque con misiles contra la estación de ferrocarril de Kramatorsk, abarrotada de gente que trataba de escapar del avance de las tropas rusas, causó 67 muertos y un centenar de heridos. Kiev culpó a las fuerzas de Moscú de la matanza, pero el Kremlin lo negó pese a numerosas evidencias documentales de especialistas e investigadores. En aquella ocasión, Kirilenko denunció la muerte de cinco niños y el hecho de que los misiles Tochka-U empleados «llevaban ojivas de racimo múltiples, una munición prohibida». En la terminal en el momento del impacto, según el gobernador, «había unas 4.000 personas».
Esta vez Moscú tampoco ha reconocido su responsabilidad en la masacre del martes en el restaurante de Kramatorsk. «Rusia no ataca infraestructuras civiles, ataca instalaciones ligadas de una manera u otra a infraestructuras militares», afirmó este miércoles por la mañana el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. El Ministerio de Defensa emitió un comunicado sosteniendo que el ejército atacó «un centro de despliegue temporal de las Fuerzas Armadas de Ucrania, concretamente de los jefes de la 56ª brigada de infantería motorizada».
Los bombardeos rusos se extendieron este miércoles también a la región de Járkov, en donde perdieron la vida tres personas. Según el gobernador local, Oleg Sinegúbov, el enemigo había vuelto a bombardear la localidad de Vovchansk, en Chugúyev. «Desafortunadamente, como resultado de este bombardeo, tres civiles de la aldea de Vovchansk Jutori, que estaban junto a sus casas, han muerto», precisando a través de su canal de Telegram que fueron tres hombres de 45, 48 y 57 años.
Victoria Amelina (37 años) decidió dejar su carrera literaria a un lado para recorrer los escenarios de la invasión rusa y documentar los crímenes que allí se habían cometido. «Es imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra», contaba hace unos meses al periódico 'The Kyiv Independent'. La autora ucraniana, que sufrió una grave lesión en el cráneo en el atentado, dio el paso tras la desaparición de un colega de profesión (Volodímir Vakulenko) aunque ya antes destacaba como activista de los Derechos Humanos. En el currículum de Amelina, madre de un niño de 10 años, figuran dos novelas ('Un hogar para Dom' es la más reciente) y un libro infantil, así como el galardón Joseph Conrad 2021. Dos años antes fue finalista del Premio de Literatura de la UE.
Más de media docena de novelas –como 'El olvido que seremos', llevada al cine por Fernando Trueba– y decenas de ensayos, poemas, traducciones y críticas literarias llevan la firma de Héctor Abad, de 64 años. El autor colombiano y creador de la editorial independiente Angosta Editores sobrevivió al ataque de Kramatorsk, donde se encontraba como parte de '¡Aguanta Ucrania!', una plataforma lanzada desde Latinoamérica en apoyo del país europeo. Había viajado hasta allí para recoger «material» del Donbás.La defensa de los Derechos Humanos siempre ha acompañado a este escritor cuyo propio padre, médico, profesor universitario y activista, fue asesinado por paramilitares en Medellín durante uno de los periodos más sangrientos de Colombia.
La cámara de Anastasia Taylor-Lind (42 años) ha retratado a modelos en Siberia, zoos de Siria, mujeres armadas hasta los dientes en Kurdistán... y ahora tenía su objetivo enfocado hacia Ucrania, donde resultó herida en el atentado de Kramatorsk. La fotoperiodista sueco-británica dedicó un año como becaria en la Universidad de Harvard a investigar las guerras y cómo se narran los conflictos modernos. Taylor-Lind había vivido años atrás en Kiev –cuando fotografió la revolución del Maidán en 2014– y también en otros puntos 'calientes' del mapa como Damasco o Beirut. Sus imágenes han sido publicadas en cabeceras como 'National Geographic', 'Time', 'The New Yorker' o 'Vanity Fair', entre otras, y atesora varios reconocimientos internacionales.
El principal negociador con las FARC durante el proceso de paz en Colombia, que ejerció como embajador ante Bruselas, entre otros cargos con diferentes gobiernos, se encontraba también en el restaurante de Kramatorsk. Sergio Jaramillo (56 años) había llegado a la zona como impulsor de la plataforma latinoamericana '¡Aguanta Ucrania!' junto a otros de sus miembros –acababan de presentar la campaña en la Feria del Libro de Kiev– y tuvo la suerte de salir con vida del bombardeo ruso. Jaramillo, que se ha formado en Norteamérica y Europa, es un destacado experto en asuntos de seguridad en su país y la búsqueda de la paz ha sido una constante en su trayectoria. En 2012 fue nombrado Alto Comisionado para este asunto en Colombia.
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