Un joven trata de poner a salvo a su perro en las afueras de Atenas. Kostas Tsironis/EFE

Una nueva oleada de incendios mata a una treintena de personas en Grecia

Los servicios de rescate han encontrado veintiséis cuerpos carbonizados en una zona boscosa, que podrían pertenecer a un grupo de migrantes

Martes, 22 de agosto 2023, 20:01

Los incendios estivales azotan de nuevo Grecia. Se trata de la tercera oleada durante este verano abrasivo y especialmente complicado en las islas helenas, donde el fuego ha cobrado una personalidad cíclica: algunos de los frentes actuales machacan Ática, Corinto, Beocia, Eubea y Argólida, territorios ... que ya fueron consumidos por las llamas el pasado mes de julio y que se han recobrado lo justo para volver a arder. El pronóstico es malo. Las altas temperaturas y unas rachas de viento superiores a los 70 kilómetros por hora mantenían ayer en pleno apogeo un total de 64 focos, muchos de ellos fuera de control.

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Lo peor es que, con el fuego, ha regresado el horror. Al menos veintiocho personas han fallecido carbonizadas desde el sábado, cuando los primeros conatos empezaron a crecer y abrirse paso con inusitada velocidad. Entre la noche del domingo y el martes la catástrofe se expandió como un chasquido. Ha quemado 44.000 hectáreas en sólo tres jornadas y se ha colocado en las puertas de Atenas, donde decenas de miles de habitantes de Ano Liosia, población situada en la periferia, fueron evacuados ayer de sus hogares. En Fyli, una localidad colindante, varias casas estaban ya en llamas.

Los incendios griegos tienen los mismos ingredientes naturales que condujeron al desastre ocurrido la semana pasada en la isla hawaiana de Maui, donde más de un centenar de personas murieron y 850 permanecen desaparecidas; una combinación terrible de calor, fuego y vientos huracanados. La salvedad es que en este caso las autoridades emitieron más de un centenar de alertas a través de la red de telefonía móvil, lo que permitió a muchos griegos escapar de las llamas.

Los bomberos intentan sofocar un incendio en la población de Palagia, en Alejandrópolis. Dimitris Alexoudis/EFE

La aparición ayer de veintiséis cadáveres calcinados ofrece una idea del infierno que se vive en el parque nacional de Dadia, próximo a la frontera con Turquía y con 480 kilómetros cuadrados de extensión. En toda la región han ardido más de mil hectáreas. Los cuerpos estaban consumidos y divididos en dos grupos distantes entre sí. El más numeroso, con dieciocho víctimas, estaba al lado de un pozo de fuego y una chabola supuestamente utilizada por los indocumentados que cruzan habitualmente la región de Evros, según los bomberos. El humo y la carga térmica de los incendios les sorprendió en pleno bosque.

Debido a su localización cerca de la frontera y al hecho de que no se han notificado desapariciones, los servicios de extinción creen que se trata de migrantes clandestinos a quienes las llamas acorralaron sin posibilidad de huida. Otras tres personas también han fallecido. Una de ellas es un anciano, aunque anoche no se había confirmado que la causa directa de su muerte fuera el fuego o la inhalación de humo. Los restantes son un inmigrante, que pereció abrasado mientras cruzaba la muga en el norte del país, y un pastor, que perdió la vida el lunes cuando intentaba poner a salvo a su rebaño en la región de Beocia. También se han contabilizado al menos ocho bomberos heridos.

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Desalojos y rescates

Las autoridades griegas han decretado el máximo nivel de riesgo y temen lo que pueda suceder en estas próximas 48 horas en que las condiciones ambientales empeorarán de modo sustancial. El «muro de llamas», como lo definen los vecinos de Avantas, en el norte, que han sufrido la pérdida de casas y propiedades, avanzaba anoche hacia Alejandrópolis, una ciudad de 57.000 habitantes donde ya el lunes se llevó a cabo el desalojo del hospital universitario. Asimismo, las fuerzas de auxilio han evacuado un monasterio y rescatado por mar a 40 personas en Ag con la ayuda de embarcaciones privadas y de la Guardia Costera.

En menos de cuatro días

El fuego se ha extendido a gran velocidad debido al calor y el viento y ayer sumaba 64 frentes

Una de las situaciones más delicadas se vivía ayer en dos islotes de Evros, donde la organización de apoyo a los refugiados Alarm Phone calculaba que 250 solicitantes de asilo se encontraban inmovilizados y rodeados por el fuego. «Los incendios se están acercando mucho a nosotros ahora. Necesitamos ayuda lo antes posible», pidieron los migrantes por medio de sus móviles.

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Grecia ha activado todos sus servicios de emergencia, así como al sistema europeo de Protección Civil. A esta alerta han respondido ya Chipre, la República Checa, Suecia, Serbia, Alemania, Rumanía y la propia Comisión Europea con la movilización de bomberos, hidroaviones, vehículos y material de extinción.

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