La Asamblea General de Naciones Unidas, durante su reunión de este jueves EFE

El mundo exige en la ONU la retirada incondicional de Rusia

Malí y Eritrea se suman a los pocos países alineados sin cortapisas con Moscú

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Viernes, 24 de febrero 2023, 00:46

Nada era más vergonzoso para Estados Unidos y los países alineados con Ucrania que perder apoyos en la ONU. Eso explica que desde el domingo pasado la plana mayor de la diplomacia estadounidense se encontrara en Nueva York trabando alianzas e intercambiando favores en un ... ajedrez mundial. Gracias a eso, solo Eritrea y Malí se sumaron a la lista de los que ya votaron en contra de la condena hace un año. Se trataba de hacer una demostración de fuerza para demostrar a Rusia que está sola en el mundo y el resultado de 141 a 7, con 32 abstenciones, deja muy claro quién está en el lado equivocado de la historia, aunque el diablo siempre se esconda en la letra pequeña.

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La resolución de la Asamblea General, que este jueves condenó una vez más la invasión de Ucrania, exige la retirada «completa, incondicional y sin condiciones» de las tropas rusas y pide a la comunidad internacional que propicie negociaciones para alcanzar la paz, que, un año después, sigue sin avistarse. Con ella el órgano multilateral creado tras la II Guerra Mundial para evitar una tercera, advierte, no solo a Rusia sino a todos los países del mundo, que «ninguna adquisición territorial que resulte de la amenaza o el uso de la fuerza será reconocida como legal».

Esa misma declaración de principios dejaba en evidencia la hipocresía de EE UU, que apoya a Israel en su avance colonizador por los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, pero precisamente por eso Washington ha trabajado a fondo para que Palestina posponga sus demandas diplomáticas «al menos hasta agosto».

No había dudas de que el texto, que pide el cese inmediato de los ataques deliberados sobre la infraestructura crítica de Ucrania y el enjuiciamiento de los responsables de crímenes de guerra a través de la justicia internacional, sería aprobado sin ninguna de las modificaciones que había introducido Bielorrusia, pero el listón marcado por la anterior resolución de octubre estaba en 143 votos. Hay, además, otros baremos. Como el de los 32 países que se abstuvieron con el argumento de que lo que se necesita son negociaciones de paz.

La realidad es que el mundo está mucho más dividido un año después de lo que podría parecer desde Europa. La prolongación de la guerra no solo ha desgastado a Rusia, también ha hecho mella entre quienes ven con recelo el liderazgo de Estados Unidos, que no para de arrimar armas y munición para mantener viva la llama de Ucrania. Son muchos los que desconfían de Washington y no olvidan las invasiones que ha propiciado en el pasado, como muestra de la hipocresía que domina la diplomacia mundial.

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«Si tu país fuera invadido, ¿no te dolería que la ONU no se pronunciase para defenderlo?», inquirió este jueves desde la tribuna la representante de Finlandia. El mes que viene se cumplirán 20 años de la invasión estadounidense de Irak y no habrá ninguna resolución para condenarla.

El escollo de Israel

Pese al apoyo mayoritario del mundo al texto, co esponsorizado por cerca de un centenar de países, entre los que se encuentra España, para no dejar solo a Estados Unidos frente a las lenguas maledicentes, solo 33 países se han sumado a las sanciones contra Rusia y están enviando ayuda militar al Gobierno de Kiev. Es más, según una encuesta publicada el año pasado por la división de investigación y análisis del Economist Group, que tiene uno de los mayores equipos de analistas del mundo, dos tercios de la población mundial evitan condenar a Rusia.

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No ha ayudado la beligerancia de Israel en los territorios ocupados de Palestina, coincidiendo con las negociaciones de esta resolución. Países como Irán, que niega tajantemente estar proporcionando drones a Moscú para atacar a Ucrania, han atacado a EE UU por ello en su turno ante la Asamblea General de la ONU.

Eritrea y Malí se suman ahora a los sospechosos habituales que apoyan sin cortapisas a Rusia: Nicaragua, Bielorrusia, Siria y Corea del Norte. Se ha ganado al Brasil de Luiz Inacio Lula Da Silva a la causa de Ucrania, ahora que Bolsonaro ya no es presidente. En Latinoamérica solo Bolivia, Cuba y El Salvador se han abstenido.

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China, el actor más inquietante, que vuelve a abstenerse, sigue asegurando en público y en privado que no tiene ninguna intención de proporcionar armas a Rusia, en contra de lo que opina la inteligencia estadounidense, que incluso se plantea exponer las pruebas de las que dispone. «Ante mí, el canciller chino ha sido muy claro y tajante», informó el representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, en conferencia de prensa. «China ni proporciona ni proporcionará armas a Rusia, eso iría en contra de su política exterior».

Lo que también ve claro es que, un año después, Rusia ha doblado el número de tropas en la línea de batalla y ataca a razón de 50.000 disparos diarios. Mientras eso ocurra, no se dan las condiciones para abrir negociaciones de paz.

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