Mueren nueve migrantes y 15 desaparecidos en un naufragio cerca de Lampedusa

«Las operaciones de salvamento resultaron especialmente complejas debido a las adversas condiciones meteorológicas y marítimas presentes en la zona, con el mar muy agitado con olas de hasta 2,5 metros», ha detallado la Guardia Costera italiana que junto a la de Malta, trabajaron la noche del miércoles en la búsqueda de los náufragos.

Ocho cuerpos fueron encontrados sin vida en aguas del mediterráneo, entre ellos el de una niña de entre cuatro y ocho años, según los medios locales. Una novena persona falleció a su llegada a la isla italiana. Entre los rescatados, seis se encuentran en condiciones de grave hipotermia y han tenido que ser hospitalizados. Por el momento se desconoce la evolución de estos supervivientes, si pueden ser dados de alta o si tendrán que ser trasladados a los hospitales de Palermo o Agrigento, en Sicilia, donde van a poder ser tratados.

Según los supervivientes, alrededor de 15 personas, entre ellos tres menores, no han llegado a Lampedusa después del naufragio. La Guardia Costera italiana ha enviado medios aéreos para sobrevolar la zona del naufragio, a unos 30 kilómetros de la isla, para tratar de localizar a los desaparecidos.

El alcalde de Lampedusa lamentaba esta mañana el naufragio que tenía como objetivo llegar al municipio. «Otra tragedia marítima y de desesperación sacude nuestra isla. La cuenta se ha convertido en interminable, siempre es la misma historia, muchos pagan para morir en el mar». La isla de apenas 6.000 habitantes es uno de los lugares marcados por los africanos que buscan llegar a Occidente, hasta tal punto que desde el año pasado se encuentra desbordada con más refugiados que residentes.

El año pasado, según el Ministerio del Interior, llegaron alrededor de 124.000 migrantes a las costas italianas. Pero esos intentos por una vida mejor dejan a su paso cerca de 3.000 muertos en el mar. Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), al menos 385 personas han muerto o han desaparecido en el Mediterráneo Central en lo que va de año, mientras intentaban alcanzar Europa desde África.

Desde que en octubre de 2022 Giorgia Meloni se proclamara presidenta, uno de sus objetivos ha sido ponerle freno a la migración irregular del país que cada año iba en aumento. En abril de 2023 se vio obligada a declarar el estado de emergencia migratorio por seis meses, siendo la propia isla de Lampadusa una de las grandes afectadas. En tan solo dos días, el municipio recogió a más de 7.000 personas poniendo al sistema de acogida, preparado para recibir a 400 refugiados, en jaque.

A finales de enero, la presidenta presentó el 'Plan Mattei' en el que apostaba por invertir en los países emisores de inmigración ilegal con el objetivo de «proporcionar a aquellos que estén pensando en irse, razones para no hacerlo». La estrategia, que fue bien recibida en la Unión Europea pese a las discrepancias de la oposición de izquierdas, por el momento, según el ministerio del Interior, está funcionando. En el primer trimestre del presente año ha logrado reducir la llegada de migrantes ilegales en un 60%. 11.329 personas desembarcaron en las costas italianas.

Para aquellos que logran llegar a territorio italiano, Roma ha pactado con Albania la deportación de los migrantes rescatados. Una vez son tratados, serán enviados a los dos campamentos del otro lado del Adriático, de donde no podrán salir hasta que se les tramite su solicitud de asilo. Un movimiento calificado como «vergonzoso» por Amnistía Internacional. «Está muy claro que este acuerdo no está en línea con el Derecho europeo y es un paso atrás en las garantías para refugiados», denunciaba el investigador de la ONG, Matteo De Bellis.