El moderado John Swinney será el nuevo líder de Escocia

La eliminación de un proceso electoral ahorra al SNP que se aireen las tensiones que atraviesan el partido y una cantidad sustancial de dinero -se estimaba en cerca de 200.000 euros-, que dañaría sus finanzas cuando tiene que disputar los comicios generales más apretados desde hace más de veinte años entre los partidos de Escocia, según los pronósticos.

Swinney se ha definido en su campaña como un moderado de centro izquierda y ha avalado su candidatura con todo lo que ha hecho por el SNP y por Escocia. Con respecto al primero, comenzó a reforzarlo cuando se afilió, a los 15 años, por la rabia que le produjo cómo se referían los comentaristas de la televisión a los deportistas escoceses que participaban en unos Juegos de la Commonwealth.

Ya fue líder en 2000. Alex Salmond, 'enfant terrible' del SNP, dimitió, al parecer por quejas de militantes sobre cómo les trataba y disputas sobre las finanzas de la formación. Históricamente han estado divididos en fundamentalistas de la independencia y gradualistas que quieren una amplia autonomía en el camino hacia una Escocia independiente. Swinney heredó el liderazgo como gradualista.

Durante su tiempo como líder, el SNP no tuvo buenos resultados. Salmond recuperó el mando supremo y nombró a Swinney, licenciado en Políticas, al frente de Finanzas y Crecimiento Sostenible. En el primer Gabinete de Sturgeon ocupó también la cartera de Finanzas. Luego Educación y una consejería para la recuperación económica tras la pandemia. Es un miembro de la élite del SNP que ha estado en la cumbre del partido y del gobierno.

Quebrado en el enfrentamiento entre Salmond y Sturgeon por la investigación de supuestos delitos sexuales del primero cuando era ministro principal, el SNP ha perdido el horizonte de la independencia y su reputación de eficiencia. La inmolación de Yusaf, tras un año de liderazgo, rompiendo la coalición con los Verdes sin tener alternativa es una muestra pública del desorden interno.

Tras la caída de Yousaf, Swinney habló con Katy Forbes. Si hubiese entrado en la campaña, quizás habría reprochado al nuevo líder su incompetencia en sucesivos ministerios, como hizo con Yusaf hace un año. Pero Swinney ofreció a Forbes un puesto de importancia en su Gabinete, y ella aceptó. Al fin y al cabo, él le cubrió en la cartera de Finanzas cuando estaba embarazada y ambos son muy religiosos.

Swinney tuvo también una conversación con un candidato inesperado, Graeme McCormick, que se retiró en la noche del domingo, tras acordar políticas supuestamente innovadoras para el nuevo Gabinete. El nuevo líder del SNP ha prometido entablar un diálogo con el resto de partidos en el Parlamento escocés para desarrollar una política centrada en la economía y los servicios públicos.