El ministro de Exteriores ruso viaja por primera vez a la UE desde la invasión de Ucrania

Lavrov está bajo sanciones, pero la Embajada de su país en Malta no ha querido referirse a tal situación y se ha limitado a señalar que Rusia es país miembro de la OSCE, cuya secretaría también ha eludido hacer comentarios al respecto. Lo que sí es cierto es que a la portavoz del jefe de la diplomacia de Moscú, María Zajárova, que tenía ya concedido el visado para acudir a la cumbre, le fue anulado en el último momento, decisión que el Kremlin tacha de «caso sin precedentes».

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Se da la circunstancia de que, desde hace años, la relación de Moscú con la OSCE ha ido de mal en peor por la anexión de Crimea, la guerra en Donbás y la llamada Operación Especial Militar que el ejército ruso sigue llevando a cabo en la actualidad en Ucrania. Según las autoridades maltesas, la cancelación del visado de Zajárova se debe a «circunstancias fuera del control» de ellos.

Y es que las autoridades de Kiev y otros países de la OSCE, en especial Polonia y las repúblicas bálticas, protestaron por la presencia de Rusia en los últimos encuentros de la organización. La guerra en Ucrania será precisamente el tema central de la cita, que discurrirá este jueves y viernes en La Valeta y a la que asisten, entre otros, el canciller de EE UU, Antony Blinken y su homólogo ucraniano, Andri Sibiga. Lavrov, según la prensa maltesa, no asistirá a la cena que tendrá lugar este jueves con motivo de la inauguración del encuentro.

El máximo responsable de la diplomacia rusa ya estuvo en noviembre del año pasado en el mismo foro de la OSCE en Skopje, capital de Macedonia del Norte, y hubo un escándalo por su presencia. Bulgaria impidió que el avión del ministro utilizara su espacio aéreo y tuvo que recurrir a una ruta más larga. En 2022, fue Polonia la que le impidió participar en la cumbre que se celebró en la localidad de Lodz, pero, antes de la invasión de Ucrania, en 2021, el jefe sí pudo acudir al Consejo del organismo internacional en Estocolmo.

En julio de 2021, la delegación rusa abandonó la reunión de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE en señal de protesta contra la inclusión en el orden del día de una resolución para evaluar la conducta de las autoridades de Moscú. En particular, se habló de las medidas represivas contra la oposición, la violación de la libertad de expresión y la «actividad desestabilizadora del ejército cerca de las fronteras con Ucrania», que fue el preludio de la invasión. Los representantes de la misión enviada por el Kremlin denunciaron entonces que el texto presentado violaba las normas de procedimiento.