Los mercenarios de Wagner juran venganza mientras intentan convertir a Prigozhin en un mártir

Wagner y sus partidarios están organizando en las últimas horas homenajes públicos a Prigozhin con los que quieren convertirle en una leyenda. En los canales de Telegram vinculados al ejército mercenario, por ejemplo, se han divulgado unas imágenes del excocinero de Putin hablando de su muerte. «La muerte no es el final», asegura el multimillonario que desafió al presidente ruso. «(Si morimos) Nos veremos en el infierno y allí seremos los mejores», asegura Prigozhin con una sonrisa, en una de sus habituales soflamas en las que mezclaba la épica militarista con la testosterona. Sus partidarios están difundiendo esas palabras como si fuera un hecho religioso. Algunos de ellos, incluso, ponen en duda la muerte de su líder y aseguran que reaparecerá en los próximos días.

De la misma manera, numerosos hombres uniformados se están pasando por las oficinas de Wagner y por una cafetería de San Petersburgo propiedad de Prigozhin para colocar flores y recuerdos, como si se tratase de ofrendas. En algunos de los vídeos publicados, mercenarios de la empresa se hincan de rodillas y comienzan a llorar ante las imágenes de su patrón muerto.

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Las imágenes más inquietantes, sin embargo, son aquellas en las que encapuchados armados hasta los dientes juran venganza por la muerte de Prigozhin. En sus mensajes, se refieren de forma genérica a los «traidores» que han acabo con la vida de su jefe, pero sin citar a ningún miembro del Kremlin. Algunos de estas grabaciones han sido realizadas en la línea del frente, aunque no está claro si se trata del despliegue de Wagner en África o en algún lugar de Ucrania.

Estos llamamientos no parece que puedan tener mucho futuro. Según algunos canales oficialistas, miembros de las fuerzas de seguridad rusas se están poniendo en contacto con familiares de destacados miembros de Wagner para preguntarles si sus allegados en la milicia privada han realizado comentarios sobre sublevaciones o rebeliones. Esta presión sobre las familias pretende desalentar cualquier intento de respuesta.

Estas declaraciones están marcadas por la indefinición sobre cuál será el futuro de la compañía de mercenarios una vez que sus máximos responsables han desaparecido. En el avión estrellado en Tver, cerca de Moscú, viajaba Prigozhin, pero también su mano derecha, Dimitri Utkin. Este excoronel del servicio secreto ruso es quien dio el nombre a la compañía de mercenarios. Su apodo, 'Wagner'- surgió de su admiración por la cultura y la simbología nazi-.

Pero en el avión también viajaba Valery Chekalov, considerado el jefe de seguridad de la empresa y uno de los hombres fuertes del oligarca fallecido. Chekalov fue investigado por Estados Unidos por sus gestiones internacionales para adquirir armamento en distintas partes del mundo. El Tesoro de Estados Unidos le aplicó sanciones económicos por esas acciones. El resto de pasajeros del avión fallecidos formaban parte de la dirección de Wagner, lo que supone que el grupo ha quedado descabezado.

El futuro de Wagner es todavía una incógnita. La mayoría de los soldados de fortuna están divididos entre Bielorrusia, a donde fueron trasladados tras la fracasada marcha sobre Moscú, y África, donde trabajan al servicio de las empresas dedicas a la extracción de materias primas y protección de dictadores. Los politólogos partidarios de Putin que actúan como voceros de la línea oficial están destacando en las últimas horas que Prigozhin era un cadáver político desde su rebelión del 24 de junio y que no tenía ninguna incidencia en Rusia. «No tenía un partido político que le sobreviva», han señalado.