Los mercenarios rusos seguirán en Bajmut al haberles prometido Moscú el envío de munición

Según el jefe de los Wagner, sus unidades recibieron «por primera vez en todo este tiempo» una orden de ataque por escrito del Ministerio de Defensa ruso prometiendo que con tal propósito les llegará «todo lo necesario para continuar las acciones» de guerra en el frente.

«Nos juran que todo lo necesario nos lo traerán al flanco para que el enemigo no pueda cortar nuestra líneas, nos dicen que podemos actuar en Artemovsk –nombre ruso de Bajmut– como mejor nos parezca y nos designan a Surovikin como el mando que tomará todas las decisiones en el marco de las operaciones de Wagner en cooperación con el Ministerio de Defensa», afirmó el jefe mercenario.

El general Serguéi Surovikin es ahora el subcomandante del llamado Grupo Combinado de fuerzas. Según Prigozhin, «es el único militar con estrellas de general que sabe luchar». Surovikin fue puesto en octubre al frente del operativo ruso en Ucrania, decisión que agradó al jefe de Wagner y al presidente checheno, Ramzán Kadírov. Pero tras la retirada forzada del ejército ruso de toda la parte norte de la región de Jersón, incluida la ciudad que lleva el mismo nombre y que es su centro administrativo, el general fue relevado de aquella tarea.

El sábado, Prigozhin había solicitado al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, licencia para ceder sus posiciones en Bajmut al batallón checheno Ajmat liderado por Kadírov, que se había mostrado dispuesto y solicitó directamente al presidente Vladímir Putin autorización para reemplazar en esa localidad al Grupo Wagner con sus fuerzas.

No ha sido la primera vez que Prigozhin ha lamentado la falta de pertrechos en el frente de Bajmut y tampoco la única que advirtió que retiraría a sus hombres, aunque nunca ha cumplido sus amenazas. Su conflicto con el Ministerio de Defensa se prolonga ya desde el año pasado, si bien no se había manifestado de forma tan virulenta como en los últimos días.

Prigozhin insistió este domingo en que queda muy poco para tomar Bajmut en su totalidad, ya que aseguró que «el 95% de la ciudad está bajo control ruso y los ucranianos mantienen solamente un 5%» de esa devastada población.

La viceministra ucraniana de Defensa, Anna Maliar, reiteró que el ejército ruso «tiene orden de tomar Bajmut antes del 9 de mayo» –mañana– fecha en la que se celebra la victoria de la URSS sobre la Alemania nazi y que para Putin tiene un enorme significado, ya que ha construido su ideología sobre aquel triunfo, aunque las dificultades de sus tropas en Ucrania están haciendo mella en su imagen.

En otro frente, las fuerzas rusas de ocupación en Zaporiyia se afanan en evacuar a los civiles ante la posibilidad de que el ejército ucraniano desencadene la anunciada contraofensiva para recuperar las tierras perdidas. Energodar, la ciudad donde se ubica la central nuclear de Zaporiyia, trataba este domingo de sacar de allí a los empleados de la planta, en su mayoría rusos tras los sucesivos cambios habidos en los últimos meses.

A este respecto, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, alertaba el domingo de que «la situación general en la zona cercana a la central nuclear se está volviendo cada vez más impredecible y potencialmente peligrosa».

Y en Crimea, las autoridades nombradas por Rusia aseguraron haber repelido otra incursión de drones ucranianos en la noche del sábado al domingo contra la base de la Flota del Mar Negro rusa en Sebastopol. «La defensa antiaérea y unidades de guerra electrónica abortaron durante la noche un nuevo ataque contra Sebastopol de más de una decena de drones», informó el gobernador de la ciudad, Mijaíl Razvozhayev.

Los servicios de seguridad rusos también afirmaron haber desbaratado este domingo «una acción de sabotaje promovida por Kiev» contra un aeródromo militar en la región de Ivánovo, al noreste de Moscú.