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Los diarios italianos tienen un filón en las escuchas telefónicas realizadas por las fuerzas de seguridad. Es de lo más habitual que conversaciones jugosas en las que están implicadas personalidades de interés público acaben apareciendo en las páginas de los periódicos, sin importar que la ... investigación inicial que propició el pinchazo acabe en algunos casos quedando en nada. Entre los personajes famosos que en más ocasiones se vio involucrado en esta situación está sin duda el ex primer ministro Silvio Berlusconi, fallecido en junio del año pasado, y que se quejaba de que era el «hombre más perseguido por los jueces de todas las épocas y de toda la historia en todo el mundo». Esa supuesta «persecución» de los magistrados propició que diversas conversaciones mantenidas por teléfono relacionadas con él terminaran siendo publicadas por los medios. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con el escándalo del 'bunga bunga', motivado por las supuestas fiestas sexuales organizadas por el ex 'Cavaliere' en las que participaron decenas de aspirantes a modelos.
El Gobierno de Giorgia Meloni, en el que participa Forza Italia, el partido fundado por Berlusconi, ha puesto en marcha una estrategia legislativa destinada a endurecer las condiciones tanto de la realización de las escuchas telefónicas como de la difusión de su contenido con fines periodísticos. «Las conversaciones son libres siempre que sean secretas, como el voto», destacó el ministro de Justicia, Carlo Nordio, impulsor de esta reforma, recordando que han sido objeto de pinchazos telefónicos «hasta los presidentes de la República», la máxima autoridad del Estado en Italia.
Entre los puntos de esta iniciativa legislativa, algunos de los cuales fueron aprobados esta semana, destaca que no podrán registrarse las conversaciones ni los datos relativos a sujetos que no estén implicados en las investigaciones, siempre que la información contenida no resulte relevante. Queda además prohibido el control de las comunicaciones entre la persona investigada y su defensor, excepto en situaciones particulares, así como el secuestro del teléfono móvil y otros dispositivos digitales de los sospechosos en caso de que no haya una autorización expresa por parte del juez de investigaciones preliminares. Lo mismo ocurrirá a partir de ahora con las conversaciones a través de chats de internet. Antes bastaba con que lo solicitara la Fiscalía. Las escuchas, además, podrán prolongarse sólo durante 45 días, excepto en las situaciones de mafia, terrorismo y algunos otros casos especiales.
La oposición de izquierdas ha criticado esta iniciativa gubernamental principalmente por las consecuencias que tendrá para los medios de comunicación. Con el endurecimiento de las escuchas telefónicas impulsado por el Ejecutivo de Meloni, los periodistas podrán publicar de manera total o parcial el contenido de los pinchazos únicamente cuando éste quede incluido en las motivaciones de las sentencias escritas por los magistrados. Se prohíbe además que dicho contenido se entregue a personas ajenas a los procesos judiciales.
«Se quiere impedir el conocimiento del contenido de las investigaciones. Y ese conocimiento está en la base de la democracia. Quieren hacer más difíciles las investigaciones, reducir las publicaciones y hacerlas menos eficaces», señaló Cafiero de Raho, miembro del opositor Movimiento 5 Estrellas. Davide Bellomo, miembro de la Liga, uno de los partidos que forman parte de la coalición conservadora que sostiene al Ejecutivo de Roma, defendió por su parte esta reforma al asegurar que «persigue los delitos, no las personas».
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