La conjunción de maquinistas en huelga y las protestas de los agricultores con bloqueos de los accesos a las autopistas mantiene este miércoles paralizada Alemania. Desde las dos de esta madrugada el Sindicato Alemán de Maquinistas (GDL) ha llamado a un paro de tres días ... a sus afiliados que ha conducido a la cancelación del 80% de las conexiones de largo recorrido y provocado la suspensión de la mayor parte de las líneas regionales y urbanas de todo el país de la compañía Deutsche Bahn (DB).
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La mayor empresa de ferrocarril germana y el sindicato de maquinistas mantienen desde antes de Navidad un pulso en la negociación del convenio colectivo. Tras varias huelgas de un día en jornadas previas a las vacaciones navideñas, en las que el GDL hizo una pausa en sus protestas para no fastidiar las fiestas a los ciudadanos, el sindicato retoma la lucha laboral con el paro más largo que se recuerda en años.
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Juan Carlos Barrena
A la vez, miles de agricultores bloquean con sus tractores las entradas a numerosas autopistas en todo el territorio germano, a la vez que provocan colapsos de tráfico con sus caravanas de vehículos pesados para exigir que el Gobierno federal renuncie por completo a los recortes de subvenciones a los campesinos anunciados recientemente. En el estado federado de Brandeburgo los agricultores bloquean desde primeras horas de la mañana todas las entradas a las autopistas, al igual que en la región de Fulda, en el céntrico estado de Hesse. Las salidas de las autopistas permanecen abiertas por cuestiones de seguridad. Las protestas de los agricultores comenzaron el lunes pasado con bloqueos masivos y manifestaciones en grandes urbes, como en Múnich, donde llegaron a concentrarse 7.000 tractores, paralizando el centro de la ciudad.
En el caso de los transportes ferroviarios, Deutsche Bahn ha pedido a sus clientes que renuncien a sus previstos viajes en tren entre este miércoles y el viernes próximo y ha anunciado que los billetes comprados para estos días serán válidos en días posteriores a la huelga. La dirección de DB hizo la pasada noche un llamamiento a GDL para retornar a la mesa de negociaciones, mientras el ministro federal de Transportes, Volker Wissing, instó al diálogo a ambas partes. «Debe abrirse una vía para que unos y otros se pongan de acuerdo», declaró el político liberal. El presidente del sindicato de maquinistas, Claus Weselsky, subrayó por su parte que debe ser Deutsche Bahn la que presente una oferta mejor y afirmó que «no nos planteamos en absoluto recortar la huelga convocada».
El punto central del disenso es la exigencia sindical de recortar la semana laboral de 38 a 35 horas, una demanda que Deutsche Bahn considera incumplible ante la falta de personal y la perspectiva de que con esos horarios laborales sería imposible el funcionamiento normal del mayor ferrocarril germano. Deutsche Bahn sí parece, en cambio, dispuesto a asumir las subidas salariales del 10,5% que exige también GDL. Wiselsky critica la intransigencia de DB después de que su sindicato lograra acuerdos para el recorte horario de la semana laboral con otras compañías ferroviarias menores como Netinera y Go Ahead que también operan en Alemania. Un 97% de los maquinistas apoyan la huelga convocada por su sindicato tras una consulta en la que se aprobó la celebración incluso de paros indefinidos.
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Los agricultores por su parte protagonizan actualmente unas protestas que prolongarán los bloqueos de autopistas, carreteras y nudos de comunicaciones toda la semana. Aunque el tripartito que dirige el canciller federal, Olaf Scholz, ha retirado ya varios de los recortes de subvenciones que pensaba llevar a cabo, la lucha ahora va dirigida contra el fin paulatino de los privilegios fiscales para el diésel agrícola. El presidente de la Asociación de Agricultores Alemanes, Joachim Rukwied, ha advertido de que las movilizaciones podrían prologarse varias semanas. Para el lunes próximo hay convocada una gran manifestación en Berlín a la que se espera acudan miles de agricultores con sus tractores. «Entonces decidiremos los nuevos pasos que vamos a dar», amenazó Rukwied este miércoles en declaraciones a la televisión pública alemana ZDF.
Las protestas de los agricultores cuentan con un gran respaldo entre la población, pese a las incómodas consecuencias de las mismas. Un 81% de los ciudadanos consultados por el instituto demoscópico Forsa expresaron su compresión por la rebelión de los campesinos y tan solo un 18% criticó sus acciones. El ministro federal de Agricultura, el verde Cem Özdemir, considera que las movilizaciones denotan una gran división en la sociedad. «La gente en el campo tiene la sensación de quedarse descolgados. Les preocupa verse avasallados por una política cada vez más urbana», dijo el político ecologista a los diarios del grupo Funke. «Se trata de una cuña peligrosa que puede conducir a una situación como la de Estados Unidos: ya no se dialoga, no se cree lo que dicen los otros y unos y otros presuponen que los demás son lo peor del mundo», señaló Özdemir.
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