Macron pide a los partidos que pongan los programas por delante de los candidatos

Macron, que se encuentra en Washington para participar en la cumbre por el 75 aniversario de la OTAN, se pronunció tres días después de las elecciones legislativas a través de una carta a los franceses publicada en la prensa regional. En la misiva recuerda que el electorado ha rechazado un Gobierno de extrema derecha –que arrasó en la primera vuelta y cayó en la siguiente al tercer puesto– y que los partidos que se identifican con los valores republicanos fueron los más votados. El presidente, sin embargo, sostiene que en esos comicios «no ganó nadie». «Ninguna fuerza política obtuvo una mayoría suficiente, y los bloques o coaliciones fueron minoritarios», defendió, consciente de que le espera un final de mandato complicado por la obligada cohabitación con un futuro primer ministro de otro color y una Asamblea Nacional dividida en tres bloques.

El mandatario emplazó a las formaciones «que se identifican con las instituciones republicanas, el Estado de Derecho, el parlamentarismo, la orientación europea y la defensa de la independencia de Francia» a un «diálogo sincero y leal para construir una mayoría sólida, necesariamente plural, para el país». No los nombró explícitamente, pero esto excluiría a Agrupación Nacional, el partido de la ultraderechista Marine Le Pen, y a La Francia Insumisa, el grupo de extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon. El presidente galo –que pidió el lunes al actual primer ministro, Gabriel Attal, que se quede en el cargo por ahora ante la cercanía de momentos clave como los Juegos Olímpicos de París – aboga por «dar un poco más de tiempo a las fuerzas políticas para que elaboren estos compromisos con serenidad y respeto mutuo».

Con la apuesta por «una mayoría sólida y necesariamente plural», Macron parece ahora enterrar la idea de nombrar de inmediato a un primer ministro procedente del Nuevo Frente Popular, que obtuvo el mayor número de escaños de la Asamblea Nacional (180 de 577) pero quedó lejos de la mayoría absoluta (289). La coalición de izquierdas alude a esa victoria en las urnas para reclamar el puesto para uno de sus representantes.

Clémence Guetté, diputada de La Francia Insumisa, cree que Macron «no está a la altura de la Historia». «Ahora, el Nuevo Frente Popular debe gobernar. El presidente debe aceptar la democracia», apeló quien suena como una de las candidatas a primera ministra. La líder ecologista Marine Tondelier consideró que Macron «daña el país» al no reconocer los resultados electorales y le invitó a llamar a los jefes de la izquierda para que le propongan un posible sucesor para Attal. Le Pen fue más allá y habló de «circo indigno».

La batalla por hacerse con las llaves de Matignon, residencia del primer ministro galo, continúa cuatro días después de las elecciones y con el partido de Macron dividido. El ala derecha de su formación apuesta por unirse a Los Republicanos para evitar un Ejecutivo del Nuevo Frente Popular, mientras que al otro lado prefieren sumarse a la izquierda sin La Francia Insumisa. El presidente logró salvar los muebles en la segunda vuelta de los comicios legislativos, que convocó por sorpresa tras el batacazo en las elecciones europeos, en las que la ultraderecha arrasó.