Secciones
Servicios
Destacamos
El presidente francés, Emmanuel Macron, no cede ante las protestas. No retira su controvertida reforma de las pensiones y mantiene en el cargo a la debilitada primera ministra, Élisabeth Borne. Pero los sindicatos tampoco se rinden y vuelven el jueves a las calles para exigir ... que el Gobierno entierre el proyecto de ley que fija la edad de jubilación en 64 años, dos más que ahora.
Seis días después de que Borne recurriera al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar por decreto la reforma de la pensiones y dos después de que su Ejecutivo superara por los pelos una moción de censura, Macron realizó este miércoles un ejercicio de equilibrismo en la entrevista conjunta que concedió a las cadenas de televisión TF1 y France 2. Debía mostrar que no cede ante las presiones, explicar a los franceses la necesidad del cambio en las jubilaciones, mantenerse firme ante la violencia y no echar más leña al fuego del descontento social. Y todo en víspera de otra manifestación masiva en las calles.
Emmanuel Macron
Presidente de Francia
«La reforma de las pensiones no es un lujo ni un placer, sino una necesidad», explicó el presidente a los reticentes a trabajar dos años más que ahora para cobrar la pensión. «Entre los sondeos y el corto plazo y el interés general del país, elijo el interés general del país y si hace falta asumir la impopularidad, la asumiré». Macron confirmó que no va a retirar la reforma, ya aprobada, a pesar de las protestas. Y se mostró confiado en que el plan pueda entrar en vigor a final de año, después de que el Consejo Constitucional se pronuncie sobre el texto.
Tampoco tiene intención, de momento, de ofrecer ningún gesto político para tratar de salir de la crisis que vive el país. La prueba es que excluye disolver la Asamblea Nacional, reemplazar a la primera ministra, cambiar de Gobierno u organizar un referéndum sobre la reforma de las pensiones, como pide parte de la oposición. El presidente confirmó su confianza en Borne «para conducir este equipo gubernamental» y forjar alianzas con otros partidos para realizar más cambios en el futuro. Y tendió la mano a los sindicatos. «Tienen una legitimidad. Cuando se manifiestan, cuando se oponen a esta reforma, yo les respeto», aseguró.
Emmanuel Macron
Presidente de Francia
Sin embargo, Macron dejó claro que no tolerará la violencia. «Cuando Estados Unidos ha vivido todo lo que ha vivido en el Capitolio, cuando Brasil ha vivido lo que ha vivido, hay que decirlo claramente: respetamos, escuchamos, intentamos avanzar por el país, pero no podemos aceptar ni a los facciosos, ni a las facciones», dijo el presidente. «No permitiremos los desbordamientos», añadió en tono firme.
El mandatario anunció, entre otras cosas, que la ley de inmigración, que debía llegar al Senado la próxima semana, será aplazada, consciente de que en estos momentos poner un tema tan controvertido sobre la mesa sería políticamente explosivo. También quiere realizar una reforma del ingreso mínimo vital (RSA) para ayudar a los que reciben esta ayuda estatal a insertarse mejor en el mercado laboral.
El discurso de Macron no convenció a los sindicatos ni a la oposición, que cargaron contra él. «Esta entrevista es marciana. Dice: 'Todo va bien, hago todo bien, no pasa nada en la calle y aquellos que se quejan es porque no han comprendido nada'», lamentó el líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez.
Este combativo sindicalista consideró «escandaloso» que el jefe del Ejecutivo «compare la situación en Francia con lo que pasó en Estados Unidos» en enero de 2021, cuando partidarios del presidente saliente, Donald Trump, asaltaron el Capitolio.
De la izquierda a la ultraderecha pasando por los socialistas y la derecha moderada, Macron fue blanco de todas las críticas. «Las soluciones presentadas por el presidente no están a altura de la crisis política y económica que vivimos», opinó Éric Ciotti, presidente del partido Los Republicanos (derecha moderada). Ciotti lamentó que el único anuncio hecho por Macron es que «el combate contra la inmigración en masa no es una prioridad del Gobierno».
Marine Le Pen
Líder de Reagrupación Nacional
La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, denunció que el presidente es «un hombre cada vez más solo, que parece haber perdido todo contacto con la realidad y con el mundo exterior». Mathilde Panot, dirigente del grupo izquierdista La Francia Insumisa en la Asamblea Nacional, le calificó de «arrogante, mentiroso e irresponsable».
El líder socialista Olivier Faure, por su parte, considera que Macron «no comprende a los franceses. Los presenta como vagos enganchados a las ayudas públicas. Descalifica a los sindicatos. Insulta nuestra historia rechazando la legitimidad de la expresión popular. Macron vacía el bidón sobre una hoguera que él ya había encendido», lamentó el primer secretario del Partido Socialista.
Francia vivirá el jueves otra jornada de paros y manifestaciones, la novena desde que comenzaron las protestas el 19 de enero. La CGT consideró que «la ira (de los franceses) es legítima» y «el presidente es responsable».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.