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Seamus Harney, conocido como 'el violador del IRA', quedará en libertad en los próximos días tras haber cumplido una pena de siete años por abusar de dos adolescentes mientras se encontraba en una casa de seguridad del grupo terrorista norirlandés. Ante la inminente liberación de ... este hombre, las víctimas ya han protestado y han recordado que no podrá acercarse a menores. Además, el caso ha vuelto a sacar a la luz las prácticas opacas del nacionalismo norirlandés con respecto a los casos de abusos sexuales en su seno. Muchas de esas agresiones se conocieron a partir de 1998, cuando el acuerdo de paz permitió que la gente que había callado durante los años del terrorismo comenzase a hablar.
La vinculación con el IRA de Seamus Harney, de 52 años, salió a la luz tras la denuncia de dos adolescentes que vivían en un piso franco de la banda terrorista en el lado irlandés de la frontera. Esa vivienda era utilizada por los terroristas para esconderse tras los atentados o como lugar desde el que pasar a Belfast para llevar a cabo sus crímenes. Dos jóvenes se dirigieron en 2017 a la Policía Irlandesa para denunciar las violaciones a las que les había sometido Harney y al mismo tiempo revelaron su relación con el IRA, que las fuerzas de seguridad desconocían.
Harney, nacido en Belfast pero residente en Dublín, era el hijo de un nacionalista católico asesinado por unionistas británicos. Según sus denunciantes, se trataba de un alto cargo del IRA, pero este extremo jamás pudo ser comprobado. Durante el juicio negó los hechos y aseguró que se trató de una relación consentida. Los dos jóvenes, sin embargo, aseguraron que fueron forzados en distintas ocasiones, en 1999 y 2001, y que Harney les dijo que si denunciaban los hechos «aparecerían en una cuneta». Según el testimonio de una de las víctimas, las agresiones le destrozaron la vida y le condujeron a un alcoholismo suicida que acabó con su incipiente carrera como promesa del boxeo.
En 2017, Harney fue condenado a siete años de prisión. Tras las sesiones judiciales, los medios irlandeses aseguraron que el condenado se había convertido en un cristiano renacido y había iniciado una nueva vida junto con su nueva pareja, un hombre nacido en España. Su inminente puesta en libertad ha vuelto a poner el foco sobre los casos en los que el IRA y el Sinn Fein ocultaron y protegieron a personas acusadas de graves delitos sexuales.
Uno de los antecedentes más conocidos es el de Gerry Adams, quien supuestamente no actuó contra su hermano cuando supo que estaba violando a su hija de forma sistemática. Fue la sobrina del histórico líder del Sinn Fein y responsable de los acuerdos de paz la que denunció en 2010 los hechos y también el muro de silencio al que se enfrentó cuando quiso contar su infierno. En medio del escándalo que provocaron estas revelaciones, Adams aseguró en una cadena televisiva que sus hermanos habían sido víctimas de las agresiones sexuales de su propio padre.
Ese mismo año, Máiría Cahill -nieta de uno de los fundadores del IRA que fue mentor del propio Gerry Adams- denunció que un miembro del IRA le había violado en numerosas ocasiones y cuando lo comentó a sus compañeros la obligaron a someterse a un careo con el violador. Se trató de una especie de juicio secreto en las filas del nacionalismo norirlandés que decidió que las acusaciones de Cahill no eran concluyentes. En esos días se enteró que otras dos mujeres habían denunciado violaciones en el seno del IRA y acudió entonces a la Policía de Irlanda del Norte. El caso fue llevado a los tribunales, pero Cahill retiró las acusaciones al entender que el sistema legal no le amparaba.
En 2014 contó su caso al 'Sunday Tribune', lo que provocó que fuera reabierto. En las revisiones de las actuaciones de la Policía tras el acuerdo de paz su denuncia se revisó. La Fiscalía le pidió perdón públicamente al reconocer que no había protegido a Cahill y a las otras dos víctimas. La mujer pasó entonces a militar en el Partido Laborista, donde llegó a ser senadora y concejala. El año pasado publicó el libro 'Rough beast' (Bestia bruta), en la que cuenta su caso y el ambiente de terror que se vivía en el seno del IRA y el Sinn Fein.
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