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T. NIEVA
Sábado, 22 de abril 2023, 21:51
Las fuerzas ucranianas llevan meses plantando cara a la invasión rusa en ciudades y trincheras del este. Han conseguido frenar a unas tropas de Moscú que parecen perder la iniciativa. Por ello, Kiev cada vez está más convencida de que ha llegado la hora de ... la contraofensiva. «Si nuestro Estado Mayor dice que tenemos suficientes soldados y suficientes armas para atacar, estamos listos», asegura un militar ucraniano desplegado en la región de Donetsk.
Ya Rusia sufrió importantes reveses el año pasado al tener que retirarse de las zonas de Kiev y Járkov, y de la ciudad de Jersón, en el sur. Las tropas de Volodímir Zelenski afirman haber formado brigadas de asalto y almacenado municiones, al tiempo que se ha esforzado en dar un respiro a sus soldados y agotar al enemigo en el frente. También comienza a recibir tanques y artillería de largo alcance de sus socios occidentales.
Todo ello para esta esperada contraofensiva, que cada vez se presenta más como un último intento de repeler a las fuerzas de Moscú de los territorios ocupados». ¿Quién sabe cuándo volverá Ucrania a tener esta oportunidad? Es ahora o nunca», resume Mikola Bielieskov, investigador del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Kiev.
La gran pregunta del momento es saber cuándo empezará esta contraofensiva ucraniana. Recientemente, el Ministerio de Defensa publicó unas imágenes en clave de humor donde se ve a un soldado bailando en una trinchera llena de barro, bajo la leyenda: «cuando el terreno se endurezca, será posible atacar».
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer que trabaja para restablecer la paz entre Rusia y Ucrania con la búsqueda de un grupo de países que faciliten las negociaciones, porque «es mejor encontrar una salida en una mesa que intentar encontrar una salida en el campo de batalla». Tras reunirse en Lisboa con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, Lula señaló que «Rusia no quiere parar, Ucrania no quiere parar, vamos a tener que encontrar un grupo de países que puedan generar una relación de confianza», agregó.
«La idea es que pare la guerra, se sienten a negociar y conversen», insistió el líder brasileño. «Paren mientras hay tiempo», reclamó. «La guerra no debería haber comenzado. Rusia no debería haber invadido, pero invadió. Ahora, en vez de escoger un lado, quiero escoger una tercera vía, la reconstrucción de la paz».
Lula recordó que Brasil condenó la invasión de Rusia sobre Ucrania en Naciones Unidas y aseguró que nunca «igualó» a Moscú y Kiev, pero reiteró que su país quiere mantenerse al margen del conflicto bélico.Por eso, dijo, rechazó vender misiles a Ucrania, porque «Brasil no quiere participar en la guerra, quiere construir la paz».
«Comprendo el papel de Europa», pero «quiero que se comprenda también el papel de Brasil», zanjó Lula en presencia de Rebelo de Sousa, quien aprovechó para explicar que la de Portugal es una postura bien diferente.»No es sólo la condena a Rusia», afirmó el presidente luso. «Portugal es solidario con la OTAN y la UE, y piensa que no es una situación justa no permitir a Ucrania defenderse e intentar recuperar territorio que fue invadido con la violación de su integridad territorial», añadió. «Para Portugal, aliado de la UE y la OTAN, la línea es otra, para Brasil, es la que ha definido Lula», concluyó Rebelo.
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