Las aguas del mar Negro se encuentran cada vez más revueltas. Los ataques ucranianos contra intereses rusos en la zona se han intensificado en los últimos días, con dos acciones con drones en menos de 24 horas que han provocado importantes daños, primero, en un ... buque de asalto anfibio en la base naval de Novorosiysk y, en la noche del viernes, en un petrolero en el estrecho de Kerch, un punto estratégico de conexión entre Rusia y la anexionada península de Crimea donde el tráfico tuvo que ser cortado durante tres horas. El Kremlin tachó el acto de «terrorista» y advirtió de que no quedaría «sin respuesta», una amenaza que a Kiev –que ha asumido ambas acciones– no le cogió por sorpresa.
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La tensión en el mar Negro se encuentra en uno de sus puntos más elevados en esta guerra desde que Moscú decidió a mediados del pasado julio abandonar el acuerdo para la exportación de grano ucraniano por esta vía. Desde entonces las operaciones militares de ambos se han intensificado en esta zona de enorme relevancia geopolítica. El último ataque se produjo sobre las 23.20 (hora local) del viernes cuando el petrolero 'SIG' perteneciente a la Federación de Rusia, y que transportaba combustible para las tropas de Moscú, recibió el impacto «presumiblemente de un dron marítimo» en el sur del estrecho de Kerch, según las autoridades del país. El barco quedó agujereado en la línea de flotación –en la parte que ocupa la sala de máquinas– aunque no hubo víctimas.
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«El barco cisterna estaba bien cargado de combustible, por lo que los 'fuegos artificiales' se podían ver desde lejos», ironizó el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasil Maliuk, quien defendió la capacidad «totalmente legal» del país para atacar en aguas territoriales de Rusia, que hace justo una semana sacaba pecho de su poderío naval en el Día de la Marina nacional. «No sólo puso en riesgo de muerte a la tripulación sino que planteó la amenaza de un desastre ambiental de gran escala», criticó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zajárova, que insistió en recordar que el objetivo fue un «buque civil».
La acción contra este barco recordó por el 'modus operandi' a la que horas antes había sufrido el buque 'Olenegorski Horniak' en Novorosiysk, un importante puerto petrolero ubicado al sur del país que acoge la terminal de un oleoducto de 1.500 kilómetros procedente del oeste de Kazajistán y de las regiones rusas situadas al norte del mar Caspio. «Se pondrá fin a la presencia de la flota rusa en el mar Negro», se propuso en las redes sociales el asesor presidencial ucraniano, Mijaílo Podoliak, en las redes sociales, consciente del «éxito» de las últimas incursiones.
Los problemas en el mar Negro se multiplican y, este sábado, el Ministerio de Defensa ruso informó del despliegue de uno de sus aviones de combate Su-30 en la zona tras identificar a un avión no tripulado –otro dron– de reconocimiento estadounidense. «Cuando se acercó un caza ruso, el vehículo hizo un giro en 'u' (de 180 grados) desde la frontera estatal de la Federación Rusa», señaló sobre un incidente que pone el acento sobre la importancia de estas aguas mientras la guerra parece estancada en tierra.
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