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La prensa francesa lo ha bautizado como «el verdadero juicio de la matanza de 'Charlie Hebdo'». Este lunes empezó en el Tribunal de París el proceso judicial del yihadista franco-tunecino Peter Cherif, juzgado por su militancia en la rama yemení de Al Qaida y ... sus vínculos con los hermanos Kouachi. Convertidos desde hacía años al fundamentalismo islámico, esos jóvenes de la periferia parisina cometieron el 7 de enero de 2015 el atentado contra Charlie Hebdo. Hasta 12 personas persona murieron en esa acción terrorista, ocho de ellas formaban parte de la redacción de la revista satírica gala, atacada por sus caricaturas de Mahoma.
Antes de cometer ese atentado, Saïd y Chérif Kouachi, abatidos por la Policía francesa el 9 de enero de ese año, borraron todo rastro con sus cómplices. Lo que dificultó el trabajo de la Justicia. Más de nueve años después, los magistrados finalmente juzgarán a uno de los yihadistas presuntamente relacionados con esa matanza, que supuso el inicio de la oleada de atentados multitudinarios que ensangrentó Francia la pasada década.
Otro juicio de los cómplices de los atentados de enero de 2015 ya había tenido lugar durante el otoño de 2020. Catorce de ellos fueron condenados en ese momento a penas de prisión. Pero todos ellos habían estado en contacto con Amedy Coulibaly, responsable de la toma de rehenes el 9 de enero en el supermercado judío Hyper Cacher, en que arrebataron la vida a ocho personas en el este de París. Los investigadores ni los jueces establecieron vínculos sólidos entre esos segundos espadas y los hermanos Kouachi.
Aunque entonces ya compareció Peter Cherif -recitó uno de los versículos iniciales del Corán y mantuvo un largo silencio irrespetuoso con las víctimas-, solo lo hizo como testimonio. Cuando detuvieron en Yibuti a este yihadista franco-tunecino a finales de 2018, ya habían cerrado la instrucción de ese caso. En este segundo juicio, previsto hasta principios de octubre, él es el único de los acusados. Lo juzgarán por sus vínculos con los hermanos Kouachi, pero también por su militancia en el grupo de Al Qaida en la península arábiga (AQAP) y su implicación en el secuestro en 2011 de trabajadores humanitarios franceses en Yemen. Podrían condenarlo a una pena equivalente a la cadena perpetua.
Durante las tres semanas que durarán las audiencias, la corte especial compuesta para este caso escrutará los vínculos entre Cherif y los hermanos Kouachi. Los tres se conocieron durante su adolescencia a mediados de la primera década de este siglo en el distrito XIX de París, en el nordeste de la capital. Allí formaron parte de la «célula del Buttes-Chaumont», uno de los mayores parques parisinos donde el fundamentalista Farid Benyettou abducía a los jóvenes de ese barrio y reclutaba a hombres para las organizaciones yihadistas. Cherif fue uno de ellos. Formó parte de las filas de Al Qaida en Yemen entre 2011 y 2018.
Uno de los momentos relevantes en este caso tuvo lugar durante el verano y el otoño de 2011. Chérif Kouachi viajó entonces a Yemen. Allí estuvo en contacto con el jeque Anwar al Awlaki, entonces líder de la rama yemení de Al Qaida, quien le dio 20.000 dólares para que cometiera un atentado en Europa. Los investigadores sospechan que Kouachi se hospedó en el domicilio de Peter Cherif. Un traficante de armas francés explicó a agentes de inteligencia que ejerció como intermediario entre Kouachi y el jefe de AQAP un «franco-tunecino», «procedente de la región parisina» y que «estuvo implicado en la célula del Buttes-Chaumont». Ese perfil resulta muy parecido al de Cherif.
Los investigadores también encontraron pruebas de que Peter Cherif siguió en contacto con Chérif Kouachi tras el regreso a Francia del segundo, quien le escribía desde una dirección de correo electrónico creada en Yemen. A pesar de esos elementos, el acusado niega haber hecho de intermediario. Cuando lo interrogaron, dijo que solo vio un par de veces a su amigo en Yemen y que la segunda vez le dijo «que se iban de ese país, porque tenían un trabajo en el exterior». Ese fatídico atentado no tuvo lugar hasta más de tres años después. En parte, se vio retrasado debido a la ejecución por parte de la CIA del jefe de AQAP en septiembre de 2011.
A causa de la dificultad para encontrar pruebas, juzgarán a Sherif por un delito de «asociación con una organización terrorista». Pero no lo imputaron por «complicidad con un asesinato terrorista». Los jueces temen que se mantenga mudo y se niegue a declarar como ya hizo en el juicio de 2020.
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