Xi Jinping da un paso más en la búsqueda de la paz al llamar a Zelenski

Además, esta comunicación se saldó con acuerdos en favor de reforzar los lazos, que se creían extintos desde que el mandatario chino estuvo en Rusia en marzo para plantear un plan de paz. Pekín enviará un representante especial del Ejecutivo sobre asuntos euroasiáticos a Ucrania y a otros países de la región para «hablar con todas las partes» e intentar alcanzar una «solución política» a la crisis. En la misma línea, Zelenski anunció el nombramiento de un embajador en el gigante asiático. El cargo será ocupado por el exministro de Industrias Estratégicas, Pavlo Riabikin, de 57 años. Aunque no dio detalles de cuándo llegaría el funcionario, el presidente se mostró contento de que su representante regrese a China tras dos años con el puesto vacío.

El asesor presidencial de Kiev, Andriyv Yermak, señaló que «el diálogo es importante» mientras la televisión pública china se limitó a informar que «las partes intercambiaron puntos de vista sobre las relaciones chino-ucranianas y la crisis de Kiev».

Aunque el país asiático ha tratado de mantener una postura neutral frente a la invasión a Ucrania, el «equilibrio» fue puesto en tela de juicio por Occidente desde su visita al Kremlin. Sin embargo, es considerado como uno de los países claves que podrían instar a Putin a remitir, ya que Pekín nunca ha condenado el ataque ruso y se ha mostrado como un aliado de Moscú. Pese a que el plan chino para detener la guerra tiene puntos volcados evidentemente hacia Rusia, que Ucrania rechaza, Kiev ha demostrado su interés en la mediación.

La conferencia telefónica fue bien recibida por otros países. Estados Unidos elogió la conversación, pero presentó sus dudas sobre el avance hacia el fin de la guerra. «Recibimos con beneplácito la noticia. Ahora, si eso conducirá a algún tipo de plan o propuesta de paz significativo, simplemente no creo que lo sepamos en este momento», aclaró el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. Rusia también celebró los esfuerzos de Pekín, pero reprochó a Kiev por «rechazar cualquier iniciativa que busca una solución política y diplomática a la crisis».

Mientras Xi y Zelenski decidían mantener el contacto con la esperanza de lograr un acuerdo que detenga el conflicto, el presidente de Brasil, Lula da Silva, exponía en España sus propias directrices para «detener la guerra». La invasión rusa ha perseguido la primera visita de Lula a Europa tras su reelección.

El mandatario, que llegó el martes a Madrid, busca reivindicar el regreso de Brasil a la diplomacia internacional tras el mandato de su antecesor, Jair Bolsonaro. Ayer, en la Moncloa se encontró a un Pedro Sánchez, que ostentará la presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre de este año. Pero las diferencias de matices entre ambos sobre la guerra en Ucrania acabaron marcando la reunión.

Lula defendió una solución dialogada a la guerra, contraria al envío de material militar al teatro de operaciones. El líder izquierdista propuso crear un grupo de miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que se responsabilice de mediar entre Kiev y Moscú, y que, según él, debe tener en cuenta la presencia sudamericana. También alertó de que, de no frenar la escalada bélica, «puede producirse una desgracia mayor». «Nosotros estamos a 14.000 kilómetros, vemos las cosas de otra manera», declaró en una rueda de prensa conjunta con el presidente español.

Ucrania rechaza frontalmente esta propuesta y exige poner fin a la guerra sin que se cuestione la soberanía de su territorio previa al 2014. Sánchez, por su parte, salió al paso recordando que Brasilia ha votado siempre en contra de la invasión rusa en los distintos organismos internacionales donde está representado, como la ONU. «Podemos tener matices, yo los tengo, pero Brasil está defendiendo un orden internacional basado en reglas, lo fundamental es que trabajemos todos por la paz, por el fin de las hostilidades», respondió el presidente del Gobierno español.