El caso de Isla Bryson que ha sentenciado a la primera ministra de Escocia al rechazo

La Policía arrestó y acusó a Isla Bryson cuando era hombre, pero, justo cuando estaba siendo investigado, inició el proceso de transformación. Su defensa era que sabía de su identidad desde los cuatro años, pero no había decidido cambiar de sexo, sino hasta los 29 años.

La ley, que permitía solicitar un certificado de reconocimiento de género solo tres meses después del inicio de la transformación física y sin necesidad de evidencia médica, favoreció a Bryson al incluirla en una prisión femenina mientras esperaba su juicio. Lo que desató el debate en Reino Unido. Temían por la seguridad de las mujeres en el centro de reclusión.

Antes de su sentencia, Bryson se llamaba Adam Graham. Era un hombre con la cabeza rapada y un tatuaje en la cara. Frecuentaba las aplicaciones de citas para salir con mujeres. De hecho, conoció a su esposa en una app, con quien se casó en 2016. Incluso, seguían enlazados en el momento de la condena. Su pareja lo ha clasificado como «timador» de la Justicia y ha lamentado las consecuencias que puede generar su caso a las personas trans, ya que Bryson habría utilizado los beneficios de la ley para librarse de la cárcel masculina por un tiempo.