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Las buenas relaciones entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Karim Kham, dieron este viernes sus frutos en Nueva York, donde este último le informó de que el TPI ha aceptado su petición de ... investigar la muerte en Ucrania de la cooperante española Emma Igual como un crimen de guerra.
Para el ministro era algo personal. Se lo había prometido expresamente a la madre de Igual cuando le informó de su muerte, pero España había cedido parte de su soberanía judicial a esta corte internacional con la firma del Estatuto de Roma. Algunos han planteado que el precedente que impidió impartir justicia en el caso del cámara de Telecinco José Couso repetía ahora ese espectro con la cooperante catalana, pero Albares piensa que no era posible para la justicia española investigar a distancia un asesinato y mucho menos en escenario bélico donde hay que recabar pruebas.
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El diplomático español es consciente de las dificultades que eso supone en zona de guerra pero está convencido de que las pesquisas acabarán arrojando nombres y apellidos de quienes lanzaron ese cohete. «Se llegará a conocer la trayectoria del proyectil, quién se encontraba del otro lado accionando, quienes estaban allí, etc.», prometió. Para ello le ha ofrecido a Kham «toda la ayuda material, financiera y personal que necesite», dijo este viernes en un encuentro con los medios españoles celebrado en la Misión de España ante la ONU. Kham ha prometido informarle cada vez que la investigación avance.
«Me ha garantizado que él personalmente va a impulsar la investigación para estar seguro de que los responsables del lanzamiento del cohete que causó la muerte de Emma sean llevados ante la justicia internacional y respondan por sus actos», contó. «Crímenes como el de Emma no pueden quedar impunes, eso es lo que le había dicho anteriormente en una carta».
No hay plazos concretos ni tiempo límite para justicia. Como ejemplo recordó al diplomático español Carmelo Soria, secuestrado, torturado y asesinado en Chile en 1976 por la Policía secreta del dictador Augusto Pinochet, que acaba de terminar con una condena en firme contra los seis agentes y dos integrantes del Ejército que los perpetraron. Llevará «el tiempo que sea necesario», lapidó.
La relación personal del ministro con el fiscal jefe del TPI era buena desde que él llegó al cargo y multiplicó por cuatro la contribución de España al TPI. El fiscal jefe le llamó entonces para concertar una reunión en la que agradecérselo personalmente y desde entonces siempre que viaja a Nueva York tienen una bilateral. «Hemos sido de los primeros países en firmar la solicitud para que ellos investiguen todos los crímenes de guerra en Ucrania», recordó el ministro.
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