La Inteligencia ucraniana asume que será inevitable hablar con Rusia para que acabe la guerra

El responsable de la GUR señala que tanto Ucrania como Rusia «están tratando de alcanzar una posición de ventaja ante unas eventuales negociaciones, pero éstas probablemente no comenzarán de forma significativa hasta la segunda mitad de 2025». Para entonces, según su punto de vista, para Moscú «soplarán vientos desfavorables, su producción de armas ahora se ha incrementado, pero se estancará a principios de 2026 debido a la falta de materiales e ingenieros». Aunque, añade, «ambas partes pueden terminar quedándose sin armas. Pero si nada cambia en otros aspectos, Ucrania será la primera» que sufra este déficit.

«El principal factor desconocido de esta guerra es Europa. Si los vecinos de Ucrania no encuentran una manera de aumentar la producción militar para ayudarnos, serán ellos entonces quienes al final sean puestos en el punto de mira de Rusia», sostiene Skibitski, que además quita importancia al artículo 5 relativo a la defensa colectiva de la OTAN e incluso a la presencia de sus tropas en países que tienen frontera con territorio ucraniano. Según su opinión, ese apartado «puede tener poca relevancia a la hora de la verdad».

El dirigente de la Inteligencia ucraniana cree que «los rusos se apoderarían de los países bálticos en siete días cuando el tiempo de reacción de la OTAN es de diez». «La valentía y el sacrificio de Ucrania le dieron a Europa una ventaja de varios años, al haber sido eliminada la amenaza inmediata de las en su momento temidas fuerzas aerotransportadas y de infantería de marina rusas, al menos durante una década», prosigue Skibitski, quien se pregunta si el Viejo Continente «lo agradecerá permitiendo que Ucrania siga en el campo de juego«. «Nosotros vamos a seguir luchando, no tenemos otra opción, queremos vivir. Pero el resultado de la guerra no depende sólo de nosotros». El responsable de comunicación de la GUR admite que «estamos al límite, estamos en el momento más difícil y los rusos lo saben porque no tenemos armas (…) comenzarán su ofensiva a finales de mayo o principios de junio».

«Ahora el ejército ruso ya no es la formación arrogante que era en 2022, ahora opera como un cuerpo único, con un plan claro y bajo un mando único», describe. Señala que el plan de Moscú es seguir ocupando las regiones de Donetsk y Lugansk y acometer una potente ofensiva contra Járkov y Sumi. Según sus cálculos, las tropas del Kremlin tienen en la frontera con Járkov «35.000 militares, pero planean aumentarlos a 50.000-70.000. Eso no es suficiente de todas maneras para una operación de captura de una gran ciudad».

En cuanto a Chasiv Yar -el objetivo más inmediato de Rusia, y una localidad ya prácticamente destruida al oeste de Avdiivka pero muy importante estratégicamente porque está en una cota elevada desde donde sería posible bombardear Kramatorsk y continuar el avance para ocupar toda la región de Donetsk- Skibitski apunta que «su captura es cuestión de tiempo». «Por supuesto, no hoy ni mañana, pero todo depende de nuestras reservas y munición». Según sus palabras, el ejército de Moscú «ha recibido la orden de tomar algo antes de las pomposas celebraciones del Día de la Victoria en Moscú el 9 de mayo o, en su defecto, antes de la visita de Vladímir Putin a Pekín una semana después. La velocidad y el éxito del avance determinarán cuándo y dónde atacarán a continuación».