El periodista vasco Pablo González mientras cubría una información dos días antes de su arresto en Polonia Mikel Ayestaran

«Es insólito que un periodista de un país de la UE esté preso en otra nación comunitaria»

Allegados del reportero vasco Pablo González y asociaciones profesionales denuncian el oscurantismo y los «vacíos» del proceso, a punto de cumplirse un año de su arresto en Polonia

Johana Gil

Viernes, 17 de febrero 2023, 18:58

«Me llamó la mañana del 28 de febrero. Me dijo: estoy detenido, llama a Gonzalo y avisa a mi madre. Estoy bien, llevo horas aquí y me han dado café». Así recuerda la pareja del periodista vasco Pablo González, Oihana Goiriena, el momento en ... que se enteró de que su marido había sido detenido en Polonia en 2022 acusado de espiar para Rusia. A punto de cumplirse un año del arresto, la Justicia todavía no ha revelado que pruebas sustentan la inculpación. La Universidad del País Vasco y la Asociación Vasca de Periodistas han llevado a cabo este jueves un debate con académicos y allegados de González para reconstruir la historia y revelar algunos «vacíos» que han encontrado en el proceso legal.

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González, quien trabajaba con varios medios de comunicación de España como periodista independiente en el extranjero, se encontraba en Polonia cuando ya sonaban los tambores de guerra. Con el estallido de la invasión, el reportero se trasladó a la frontera entre Polonia y Ucrania para cubrir la crisis de refugiados. Durante la madrugada, fue encarcelado. Las pruebas en su contra eran los dos pasaportes que llevaba, uno español y otro ruso, en correspondencia a la doble nacionalidad que tiene por sus orígenes en Moscú, además de una tarjeta de una entidad bancaria vasca. Desde entonces, permanece en prisión preventiva a la espera del juicio. Su libertad ha sido denegada tres veces. La acusación de espionaje conlleva una pena máxima de diez años.

González solo ha podido recibir una única visita de su esposa en todo este tiempo. «Yo iba preparada. La verdad es que me lo encontré mejor de lo que creí que iba a estar, porque pasa 23 horas en una celda y tiene una sola hora al día para pasear», ha explicado Oihana Goiriena, que ha añadido que encontró a su pareja «anímicamente fuerte». Según su testimonio, la relación de la familia con el cónsul en Polonia «es muy buena», no así con el Ministerio de Asuntos Exteriores, con el que «no hemos tenido ningún contacto. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros».

«Un periodista de un país miembro de la Unión Europea está preso en otra nación también comunitaria. Es insólito», ha denunciado Edith Rodríguez, vicepresidenta de Reporteros Sin Frontera en el debate en la Universidad del País Vasco. Rodríguez ha destacado la falta de transparencia que rodea todo el proceso desde el arresto y ha revelado que el Gobierno de Varsovia, junto al húngaro, ocupa las peores posiciones entre los territorios que reprimen la labor periodística a nivel internacional.

Por su parte, la catedrática de la Facultad de Periodismo Carmen Peñafiel ha alertado de una «grave violación de principios y valores que la UE debe defender». En ese sentido, la presidenta y decana de la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas, Amaia Goikoetxea, ha lamentado «los actos indignos de un país que se considera democratico» y ha abogado por una pronta intervención para esclarecer el caso. «Lo que permitimos que pase con Pablo es triste y decepcionante», ha remarcado.

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