Sahra Wagenknecht, líder del BSW, celebra los resultados electorales. AFP

Los incómodos populistas de izquierdas del BSW se hacen con la llave de la gobernabilidad

La formación fundada en enero por la excomunista Sahra Wagenknecht pasa su prueba de fuego convertida en el socio clave con el que pactar

Domingo, 1 de septiembre 2024, 22:32

Todo empezó con una diferencia de criterios, tan irreconciliable que acabó en una ruptura. La de la excomunista Sahra Wagenknecht con La Izquierda. En completo desacuerdo con mantener el apoyo a Ucrania y con un fuerte discurso antiinmigración, decidió abandonar el partido -heredero de los ... comunistas de la extinta RDA- y fundar el pasado enero el suyo propio, BSW, con las iniciales de su nombre. Ese recién llegado a la política alemana, visto como una formación incómoda por el abismo ideológico que le separa de las fuerzas políticas tradicionales, superó ayer con nota su primera prueba de fuego en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia. Con un 15,6% y 12%, respectivamente, son ahora los socios claves con los que los conservadores de la CDU deberán negociar para evitar que la ultraderechista AfD logre el poder, un hecho inédito desde la Segunda Guerra Mundial.

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El papel de Wagenknecht será especialmente decisivo en el Estado federado de Sajonia, donde ganó por la mínima la CDU respecto a una crecida Alternativa para Alemania que venció en Turingia con solidez. La líder de BSW tendió ayer su mano a los cristianodemócratas para tratar de sellar una alianza. Sin embargo, a nadie se le escapa que un pacto con los llamados populistas de izquierdas sería una coalición antinatura, vista como improbable por algunos expertos y nada deseable y hasta ahora descartada para los partidos que siguen la hoja de ruta de la Unión Europea.

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Aunque BSW se define como socialmente conservador y económicamente de izquierdas, no difiere demasiado de AfD en muchos aspectos. Los más destacados son su virulento mensaje xenófobo y su reiterado llamamiento a cesar la entrega de armas a Kiev, una posición muy popular en esas regiones de la antigua República Democrática Alemana (RDA), donde el miedo a la guerra sigue muy presente. Ello, sumado a la afinidad con Rusia y al escepticismo respecto a las estructuras democráticas germanas, explicarían el éxito en Sajonia y Turingia de ambas formaciones populistas.

El partido conquista a los votantes del Este con su duro discurso xenófobo y su negativa a mantener el apoyo militar a Ucrania

Si se tiene en cuenta que BSW posee solo nueve meses de andadura frente a los once años de trayectoria de AfD, el logro de ayer en las urnas de Wagenknecht cobra relevancia y obedece en buena medida al calculado discurso de su fundadora, que seduce a los radicales de uno y otro signo.

Entendimiento con Putin

Nacida en julio de 1969 en Jena, Turingia, de madre germana y padre iraní que la abandonó siendo niña, Wagenknecht destaca por su astucia. Así la describen quienes conocen a esta licenciada en Literatura, doctora en Ciencias Económicas y publicista. Conocedora del electorado al que se dirigía, no ha dudado en cargar en campaña contra de la deslavazada izquierda, defender su posición contraria a la OTAN, promover un entendimiento con Vladímir Putin y, sobre todo, blandir el fantasma de la inmigración ante una población del Este que teme una mayor precarización de los servicios públicos por la llegada de extranjeros, cuyo censo representa solo el 7,9% de la población, menos de la mitad de la tasa en el Oeste.

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Al margen del peso que pueda lograr BSW a nivel regional si finalmente pacta con la CDU en Sajonia, las ambiciones de Wagenknecht trascienden hasta la cancillería. «Las elecciones estatales... tienen el potencial de provocar un terremoto en Berlín», advirtió en un mitin de campaña en Erfurt mientras en su entorno crecen las voces que apuntan a que perfila su candidatura para los comicios generales de septiembre de 2025.

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