Holanda acude a las urnas con alto riesgo de que la ultraderecha llegue al Ejecutivo

Ocurra lo que ocurra en las urnas, ninguno de los partidos podrá gobernar en solitario. Esto no es ninguna novedad en Países Bajos: como ejemplo, el último Ejecutivo estaba compuesto por una coalición de cuatro partidos. En total, los votantes deberán decidir entre veintiséis papeletas diferentes y más de un millar de candidatos, entre los que abundan las caras nuevas.

Entre los ya conocidos por el público neerlandés destaca la sucesora de Rutte, Yesilgöz-Zegerius, con un fuerte discurso antiinmigración y a la que las encuestas más recientes darían unos veintiséis escaños. Empataría en número de diputados con el partido de ultraderecha Partido por la Libertad, liderado por Geert Wilders, que ha experimentado una fuerte subida en intención de voto con la moderación de su discurso contrario al islam, con la que captaría parte de los votos de la derecha tradicional.

Otro viejo conocido de la política del país es el excomisario comunitario Timmermans, que encabeza la alianza entre socialistas y verdes, y que lograría veintitrés diputados. También hay nuevos candidatos que pisan fuerte. Entre ellos, el movimiento cristianodemócrata Nuevo Contrato Social ha revolucionado el panorama político. Con apenas tres meses de vida, la formación -liderada por Pieter Omtzigt- podría ser fundamental en la formación del próximo Gobierno, ya que asimismo se haría con veintitrés escaños.

Aunque con un resultado más modesto, de seis asientos en el hemiciclo, llama además la atención la irrupción del Movimiento Campesino-Ciudadano, que logró una gran victoria en los comicios provinciales, de los que depende la composición del Senado. Su líder, Caroline van der Plas, dominará la Cámara Alta «de la que depende la aprobación definitiva de las leyes-, gracias a su defensa de los intereses de agricultores y ganaderos, y un discurso populista.

Los principales favoritos en los sondeos se enfrentaron este martes en un debate retransmitido por la televisión pública neerlandesa, con el que esperaban convencer a los votantes indecisos. Y es que, en un panorama fuertemente polarizado, ellos serán los que tengan la llave de la gobernabilidad. Una de las incógnitas está en si movimientos de ultraderecha como el de Wilders o el Foro para la Democracia entrarán por primera vez en el Ejecutivo. Durante la campaña, Yesilgöz-Zegerius ya abrió la puerta a posibles pactos con el Partido por la Libertad, saltando una de las líneas rojas de su antecesor.

El socialista Frans Timmermans, por el contrario, ha hecho campaña con su rechazo frontal a la ultraderecha y llama a «unir el voto progresista» para frenar su avance. Lo cierto es que el país vive un momento de gran tensión política. A solo dos días de las elecciones, el candidato de Foro para la Democracia, Thierry Baudet, fue agredido con una botella de cristal durante un acto de su partido.