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El ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, anunció este martes que ha pedido a los prefectos galos que prohíban todas las futuras manifestaciones de la ultraderecha, tras la polémica suscitada en el país por la celebración el sábado de una marcha neofascista en el centro ... de París, que había sido autorizada por las autoridades locales.
«He dado instrucciones a los prefectos de policía» para que cuando «cualquier militante, asociación o colectivo de ultraderecha presenten (declaraciones de) manifestaciones, emitan órdenes de prohibición», dijo Darmanin en la Asamblea Nacional. «Dejaremos que los tribunales juzguen si la jurisprudencia permite que se celebren estas protestas», añadió el ministro.
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Unos 600 militantes de extrema derecha participaron el pasado sábado en una marcha en homenaje a Sébastien Dyzieu, militante de la organización ultra Œuvre française (Obra francesa). Dyzieu, de 22 años, falleció en 1994 al caer accidentalmente del tejado de un edificio cuando huía de la Policía tras participar en una manifestación que había sido prohibida por las autoridades.
La movilización del pasado sábado fue organizada por el grupúsculo de ultraderechista Comité del 9 de mayo, creado pocos días después de la muerte del joven ultraderechista por miembros del Grupo Unión Defensa (GUD), un sindicato de estudiantes neofascitas, y por miembros de las Juventudes del partido Frente Nacional (hoy Reagrupación Nacional).
Según la prensa francesa, los militantes que participaron el sábado en la manifestación llevaban banderas negras con símbolos de la ultraderecha como una variación de la cruz celta o el 'sonnenrad' (sol negro). «Sébastien presente» y «Europa, juventud, revolución», lema del GUD, gritaron los convocados, la gran mayoría de los cuales llevaban el rostro cubierto con máscaras o pasamontañas para evitar ser identificados por la Policía.
La izquierda francesa criticó que se hubiera autorizado esta manifestación ultraderechista en las calles de la capital. «Inadmisible», opinó el senador socialista David Assouline. «Alucinante», añadió el diputado ecologista Benjamin Lucas. «Así que las caceroladas (contra la reforma de las pensiones) son una perturbación al orden público. Las manifestaciones neonazis, no. Es inquietante», escribió en Twitter la diputada izquierdista de La Francia Insumisa, Nathalie Oziol.
La prefectura de París recordó en un comunicado que «en Francia, una manifestación solo puede ser prohibida en caso de riesgo potencial de perturbación del orden público». El prefecto de Policía de París, Laurent Nuñez, justificó su decisión de no prohibir esta convocatoria de la ultraderecha con el argumento de que en años anteriores no se habían producido incidentes durante esa marcha.
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