El Gobierno francés no logra convencer a sus agricultores

Attal, en el cargo desde el pasado día 9, pronunció su discurso de política general ante la Asamblea Nacional para presentar las prioridades de su gabinete. En plena crisis agraria y con los tractores a las puertas de París, el joven primer ministro prometió «rearmar la agricultura». «Es una fuerza y nuestro orgullo también. Lo digo aquí solemnemente: debe haber una excepción agrícola francesa», afirmó, sin explicar en qué consistirían exactamente sus planes.

Los agricultores siguieron atentamente el discurso de Attal desde distintos puntos de bloqueo en las carreteras. El primer ministro confirmó la creación de un fondo de urgencia para los viticultores, especialmente para los de Occitania, y prometió el pago de todas las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea de aquí al 15 de marzo. El joven político garantizó asimismo que defenderá el sector de «la competencia desleal» y anunció la puesta en marcha de «un gran plan de control de la trazabilidad de los productos».

Emmanuel Macron también manifestó este martes que comprendía el malestar de los agricultores, aunque consideró que tampoco se puede culpar a Europa de todos los males. «Sin la Política Agraria Común (PAC) no tendrían ingresos y muchos de ellos no podrían vivir», recordó el presidente francés durante su visita oficial a Suecia.

En su intervención se mostró además a favor de regularizar las importaciones de cereales y aves de corral procedentes de Ucrania, y reiteró que Francia se opone a la ratificación del acuerdo UE-Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Los agricultores temen una competencia desleal de los productos agrícolas sudamericanos y exigen que estén obligados a cumplir los mismos requisitos sanitarios y ambientales que se exigen en la Unión Europea. El jefe de Estado galo tratará el tema hoy con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la cumbre comunitaria que se celebrará en Bruselas.

Francia vivió este martes su noveno día de protestas agrarias y la segunda jornada de asedio a París. Los agricultores bloquean desde el lunes las principales autopistas de acceso a la capital para buscar mayores concesiones del Gobierno. El discurso de Attal no les convenció y decidieron continuar su marcha hasta el mercado internacional de Rungis, a una quincena de kilómetros al sur de París.

Rungis, el centro al por mayor más grande de Europa, es considerado un símbolo para los agricultores, ya que abastece a la capital. Tanquetas de la Gendarmería lo custodian desde el domingo para evitar su bloqueo.

De momento, el colapso de las principales autopistas de acceso a París no tiene repercusiones en el abastecimiento de los supermercados, pero si las protestas continúan podría haber problemas, especialmente si se produce un acaparamiento de víveres.