Francisco denuncia en su visita a Hungría el «infantilismo bélico» de la guerra en Ucrania

Tras reunirse en el palacio Sandor de Budapest con el líder soberanista, Francisco ofreció un discurso a las autoridades del país magiar en el que aprovechó para dirigirse a toda Europa, invitando a acabar con la guerra en la vecina Ucrania. Denunció que existe «una especie de infantilismo bélico» y abogó por una amplitud de miras que permita superar la situación actual, propiciada por la invasión rusa en febrero del año pasado. «La paz nunca vendrá de la persecución de los propios intereses estratégicos, sino más bien de políticas capaces de mirar al conjunto, al desarrollo de todos; atentas a las personas, a los pobres y al mañana, no sólo al poder, a las ganancias y a las oportunidades del presente», dijo.

Frente al impulso pacifista que recorrió el Viejo Continente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y que fue el germen de la Unión Europea, hoy «asistimos al triste ocaso del sueño coral de paz», al tiempo que «los solistas de la guerra se imponen», lamentó Jorge Mario Bergoglio. Mientras «vuelven a rugir los nacionalismos», la política internacional parece tener hoy como objetivo «enardecer los ánimos más que resolver los problemas». A pocos cientos de kilómetros de la «martirizada» Ucrania, el papa pidió «esfuerzos creadores de paz» que permitan superar los «muchos peligros» de este momento histórico.

Dándole una de cal y otra de arena al soberanista Orbán, Francisco aplaudió su defensa de los valores cristianos y de la identidad nacional frente al riesgo de convertirse en una «realidad fluida o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto» en el que, a su juicio, corre el riesgo de caer Europa. Aunque advirtió sobre los peligros del «populismo autorreferencial», también señaló la amenaza que suponen las «colonizaciones ideológicas», entre las que citó la ideología de género, que considera «una conquista» el derecho al aborto. «Qué hermoso, en cambio, construir una Europa centrada en la persona y en los pueblos, donde haya políticas efectivas para la natalidad y la familia», celebró el papa, aplaudiendo las medidas en este sentido del Gobierno de Orbán.

Más crítico fue Bergoglio al hablar sobre la acogida a los extranjeros frente a las posturas de 'puertas cerradas' de Budapest. Recordó que los cristianos «no pueden ser indiferentes» ante los muchos «hermanos y hermanas desesperados que huyen de los conflictos, la pobreza y los cambios climáticos», por lo que hace falta afrontar esta cuestión «sin excusas ni dilaciones». Es por ello que Europa debe establecer, de manera «urgente», «vías seguras y legales» para responder con «mecanismos compartidos» a este desafío.

En el encuentro que mantuvo con con el Papa, con el que ya se había entrevistado en 2021 y en 2022, Orbán sacó pecho por los esfuerzos que hace Hungría para «mantener la vía cristiana», una «lucha muy difícil en esta Europa actual y en esta guerra que grita por la paz». También consideró que su país vive «un momento maravilloso» y calificó de «apoyo» la visita del Pontífice.