Francia mantiene a su embajador en Níger pese a las «presiones» de la junta militar

Tras el golpe de Estado, Francia -de la que Níger fue colonia hasta su independencia en 1960- no reconoció a los militares sublevados y Macron exigió este lunes de nuevo, esta vez en la recepción a los embajadores galos, la vuelta inmediata al orden constitucional en el país africano y la liberación de Bazoum, detenido desde hace un mes. El presidente francés reiteró su apoyo a «un hombre íntegro, democráticamente elegido y valiente». Desde su Ejecutivo se apoyará toda acción diplomática o militar que decida llevar a cabo la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) para devolver a los nigerinos al escenario democrático.

Ante las críticas de algunas capitales occidentales hacia París por su excesiva implicación en esta crisis, Macron defendió ante su cuerpo diplomático la coherencia de la estrategia gala en Níger. «Nuestra política es la buena», aseguró tras más de un mes de tensión en la zona, con varias protestas contra Francia y el propio consulado, al que simpatizantes de los sublevados lanzaron piedras e incluso intentaron acceder a su interior. «Nuestra política es simple: no apoyamos a los golpistas», insistió. La junta militar ha ordenado también la expulsión de los embajadores de Alemania, Estados Unidos, Nigeria y Costa de Marfil.

«No hay que ceder a una narrativa utilizada por los golpistas que consistiría en decir que Francia se ha convertido en su enemigo», opinó Macron. En su opinión, dijo, «el problema» de Níger son los golpistas, «que abandonan la lucha contra el terrorismo, que abandonan una política económicamente buena para ellos y que están perdiendo todas las inversiones internacionales que les estaban permitiendo salir de la pobreza».

«Ni paternalismo ni debilidad (en África) porque de lo contrario no estamos en ningún sitio», subrayó el presidente de la República francesa. «La debilidad que algunos han mostrado con respecto a los golpes de Estado precedentes ha alimentado las vocaciones regionales. Hay una epidemia de golpes de Estado en todo el Sahel», constató. Macron se refería a lo sucedido en Mali, Burkina Faso, Guinea y, más recientemente, en Níger.

El presidente aprovechó su intervención para abordar otros asuntos y, así, exigió la liberación de los cuatro franceses detenidos en Irán «en prisiones y en condiciones inadmisibles». «Nada justifica su detención», defendió. También avanzó la puesta en marcha de «una iniciativa diplomática» para tratar de levantar el bloqueo por parte de Azerbaiyán en el corredor de Lachín, la única vía de acceso desde Armenia a la autoproclamada república de Nagorno Karabaj. Su cierre ha provocado una crisis humanitaria en la zona.