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La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ha presentado este lunes el llamado Pacto de Solidaridades para el periodo 2023-2027, un «ambicioso» documento con el que el Gobierno galo pretende luchar contra la pobreza y la exclusión social en el país. La puesta de largo ... de este plan llega en un momento de alta inflación y de preocupación entre las asociaciones que ayudan a los más necesitados ante la avalancha de solicitudes que reciben por la subida de los precios de productos básicos.
El Ejecutivo francés, ha explicado Borne, ha analizado «las fortalezas y las lagunas» del sistema social nacional a la hora de elaborar el documento. «Es uno de los más potentes del mundo para contener la pobreza y amortiguar las crisis. Es igualmente uno de los más redistributivos», ha recordado. No obstante, la primera ministra ha reconocido que el modelo galo contiene «algunas debilidades», pues no ha logrado evitar «la reproducción de la pobreza», es decir, que un niño nacido en una familia sin recursos logre dejar fácilmente ese escenario al alcanzar la edad adulta. Tampoco ha conseguido que aquellos que han caído en una situación de exclusión puedan salir rápidamente de ella. Borne ha dado un dato que lo ilustra bien: siete años después de recibir el ingreso mínimo vital (RSA, por sus siglas en francés), sólo un tercio de los beneficiarios ha conseguido trabajo.
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La prevención de la pobreza desde la infancia, las medidas para favorecer la vuelta al empleo, las ayudas a los estudiantes universitarios y las iniciativas para lucha contra la exclusión social son algunos de los ejes del Pacto de Solidaridades. El documento también contempla propuestas para que la transición ecológica no suponga una carga para los más necesitados. «Este plan tiene como objetivo aportar repuestas a los franceses que están en la precariedad con un aumento del 50% de los créditos de lucha contra la pobreza» con respecto al programa precedente, avanzó la primera ministra.
El presidente, Emmanuel Macron, anunció en 2018 una ambiciosa estrategia para luchar contra la pobreza dotada de 8.500 millones de euros para el periodo 2018-2022 que, a juzgar por las cifras de personas sin recursos en Francia, no parece haber dado los resultados esperados.
Unos 9,2 millones de ciudadanos se encuentran en situación de pobreza, es decir, cerca del 15% de la población, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee), que define ese umbral como aquel nivel de vida inferior al 60% del promedio que arroja la población gala, unos 1.100 euros.
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