Francia homenajea con un minuto de silencio a la profesora asesinada por un alumno en San Juan de Luz

«Se llamaba Agnès Lassalle. Era profesora de español. Murió ayer. Fue asesinada de una puñalada por un alumno, del que, por ahora, sabemos pocas cosas», explicó a los estudiantes el ministro francés de Educación, Pap Ndiaye, durante el homenaje a la docente fallecida que tuvo lugar en un centro de enseñanza secundaria en Albertville, al sureste del país.

Lasalle, de 52 años, era «una profesora muy implicada en su centro, unánimemente apreciada y querida por sus colegas y alumnos», explicó en rueda de prensa el fiscal de Bayona, Jérôme Bourrier. Adoraba su trabajo y a sus alumnos. Era exigente, pero justa, según los estudiantes.

El ataque mortal tuvo lugar el miércoles a las 9:45 de la mañana en plena clase. La víctima, profesora de español de ese instituto privado desde 1997, se encontraba de pie junto a la pizarra cuando fue asesinada por un alumno, cuyo nombre no ha publicado la prensa francesa.

«Durante la clase, un alumno se levantó, cogió un rollo de papel de cocina y se acercó a la puerta de la clase, que cerró con llave. Después se dirigió hacia la profesora, sacó del rollo de papel un cuchillo de cocina con una hoja de 18 centímetros, se acercó a ella y le asestó una puñalada, levantando la mano derecha por encima de la cabeza», precisó el fiscal. El alumno le clavó el cuchillo en el pecho con un gesto «rápido, ágil y sin dudarlo», según los testigos.

Tras cometer el crimen, el adolescente, se quedó de pie y parecía perplejo. Sus compañeros huyeron entonces de clase aterrorizados por lo que acababan de presenciar. El agresor entró después en la clase vecina. Dos profesores le pidieron que tirara el arma, que el adolescente dejó en el suelo. «He arruinado mi vida, todo terminó», dijo entonces el presunto asesino.

En su primer interrogatorio, el alumno aseguró a la Policía que «alguien» había tomado «posesión» de su cuerpo y que «una pequeña voz le hablada, un ser que describió como egoísta, manipulador, egocéntrico, que le incita a hacer el mal y que le habría sugerido la víspera cometer un asesinato», contó el fiscal.

El hecho de que el joven guardara el cuchillo de cocina en su mochila la noche antes del crimen ha llevado al fiscal a imputarle por «asesinato, es decir, por homicidio con premeditación». El arma del crimen procedía de la cocina de casa de su padre.

Según algunos testigos, el alumno tenía «cierta animadversión» hacia su profesora de español, ya que no sacaba buenas notas en esa asignatura, pero no lo habría amenazado. En otras materias, sacaba buenas notas.

El adolescente, que no tenía antecedentes penales, es, según las personas que lo conocen, «un buen alumno», «un chico inteligente, trabajador, descrito como solitario y torpe en su relación con los demás y que presentaba desde la infancia trastornos de disortografía y disgrafía».

El joven había sufrido acoso escolar en el centro que estudiaba antes de entrar en el instituto de Santo Tomás de Aquino, lo que le habría afectado mucho, según sus conocidos. El adolescente intentó suicidarse con medicamentos en octubre de 2022. Iba a la consulta de un psiquiatra y tomaba antidepresivos con receta médica.

Tras ser detenido, el joven fue sometido a un primer examen psiquiátrico. El adolescente sufriría «trastornos de personalidad ansiosos», pero el especialista que lo examinó «no encontró que sufra una enfermedad mental, de tipo esquizofrenia, melancolía o retraso mental», contó el fiscal.

Según los elementos que el fiscal tiene hasta ahora, parece que el joven tendría responsabilidad penal para ser juzgado por el crimen cometido, bajo reserva de lo que digan los exámenes médicos a los que será sometido posteriormente.