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Ochenta años después de su fusilamiento a manos de los nazis en el Mont-Valérien, en el oeste de París, junto a veintiuno de sus camaradas, el armenio Missak Manouchian (1906-1944) entrará este miércoles en el Panteón de París. Será el primer resistente extranjero, ... y también el primer comunista, en reposar en este templo laico de la República, donde duermen los restos de los grandes hombres y mujeres de Francia. Le acompañará allí su esposa, Mélinée, fallecida en 1989.
En el Panteón hay enterrados varios franceses miembros de la Resistencia frente a los nazis como Jean Moulin, Jean Monnet, André Malraux y Joséphine Baker. Con la simbólica entrada de Manouchian en este templo, el país rinde un homenaje tardío a los extranjeros y comunistas «muertos por Francia» durante la Segunda Guerra Mundial y, a menudo, olvidados en los libros de Historia.
«Missak no fue nunca el hombre de un solo combate o más bien logró siempre fundir todos sus combates en uno solo: el de la libertad. Missak nos enseñó que se puede ser un patriota universal, que se puede ser un internacionalista patriota, enamorado de Francia y de Armenia», sostiene Jean-Pierre Sakoun, presidente del comité para su entrada en el Panteón. Manouchian, poeta apátrida y superviviente del genocidio armenio, llegó a territorio galo con su hermano en 1924 procedente de Líbano, por entonces un protectorado francés, en busca de trabajo.
Fue miembro del Partido Comunista desde 1934 y durante la segunda Guerra Mundial entró en la Resistencia. Manouchian ejerció como jefe militar de Francotiradores y Partisanos-Mano de Obra Inmigrada (FTP-MOI), una unidad compuesta en gran parte por extranjeros, refugiados e inmigrantes que luchó contra los ocupantes nazis y contra el régimen colaboracionista de Vichy llevando a cabo sabotajes y atentados.
Manouchian fue poeta y se unió al Partido Comunista en 1934, diez años antes de morir fusilado.
Una placa recordará a otros miembros de la red, entre ellos el español Celestino Alfonso.
Manouchian, armenio de origen y francés de corazón, encarna los valores universales de esos «23 que entregaron su corazón antes de tiempo, 23 extranjeros y sin embargo hermanos nuestros, 23 tan enamorados de vivir que morían, 23 que gritaban 'Francia' al caer». Así concluye el poema 'Estrofas para recordar' de Louis Aragon sobre esa veintena de miembros de la Resistencia «con apellidos difíciles de pronunciar» que nacieron en otros países.
El cantautor Léo Ferré convirtió el poema en composición musical. El título de su canción hace referencia al famoso 'Cartel rojo', la propaganda xenófoba, anticomunista y antisemita que los alemanes utilizaron para denigrar a los hombres de Manouchian, acusados por los nazis de terrorismo y de haber cometido atentados o haber hecho descarrilar trenes. Entre los 23 ajusticiados de ese grupo se encontraba el español Celestino Alfonso (1916-1944), un republicano que en 1943 participó junto a otros resistentes extranjeros en el asesinato en París de Julius Ritter, coronel de las SS y responsable del Servicio de Trabajo Obligatorio (STO), el sistema de reclutamiento de mano de obra forzada en los territorios ocupados.
Coincidiendo con su juicio, los alemanes pegaron miles de carteles rojos por todo París y otras ciudades francesas con las fotos de diez de los miembros del FTP-MOI arrestados. «Manouchian, armenio, jefe de la banda, 56 atentados, 150 muertos y 600 heridos», decía el póster en el que también se acusaba al «español rojo» Celestino Alfonso de haber cometido «siete atentados».
Los 23 resistentes fueron condenados a muerte en el juicio pocos meses antes de la liberación de París. De ellos, 22, incluido Manouchian, fueron fusilados el 21 de febrero de 1944 en el Mont-Valérien. Varios gritaron «viva Francia» al caer bajo las balas nazis. Olga (o Goldan) Bancic, la única mujer entre los ajusticiados, fue decapitada en Stuttgart (Alemania) dos meses más tarde que sus camaradas. «Estoy seguro de que el pueblo francés y todos los combatientes de la libertad sabrán honrar nuestra memoria dignamente», escribió Manouchian en la última carta a Mélinée desde la prisión de Fresnes horas antes de su asesinato.
Fabien Roussel, líder del Partido Comunista francés, destaca que «venidos de lejos, exiliados en nuestro país, Missak Manouchian y todos sus compañeros de armas cayeron por un ideal universal de justicia y paz. Defendían también la Francia de la Ilustración, la Francia de la Revolución y de la Comuna». Un grupo de intelectuales y familiares de los resistentes ajusticiados pidió en noviembre al presidente galo, Emmanuel Macron, que «Manouchian entrara en el Panteón con todos sus camaradas. Los 23, sin olvidar uno solo: judíos polacos, republicanos españoles, antifascistas italianos y muchos otros». Entre los firmantes de la petición, que por ahora no ha sido atendida, aparecen el director de cine Costa-Gavras, la rabina Delphine Horvilleur y el premio Nobel de Literatura Patrick Modiano.
Los restos de Manouchian y de su esposa se trasladarán este miércoles «físicamente» al Panteón, acompañados de «la entrada simbólica» de sus 22 camaradas del FTP-MOI. Una placa rendirá homenaje en el acceso a este templo a los integrantes del grupo bautizado con el apellido del poeta armenio y también a su jefe, el polaco Joseph Epstein, fusilado por los nazis unos meses más tarde que sus compañeros. «Eso vale una panteonización», asegura el Palacio del Elíseo.
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