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BEATRIZ JUEZ
PARÍS
Jueves, 19 de enero 2023, 12:51
Los sindicatos franceses realizaron este jueves una demostración de fuerza en su primer pulso con Emmanuel Macron por la reforma de las pensiones. Más de un millón de personas tomaron las calles de las principales ciudades del país para oponerse al plan del presidente que ... pretende elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años en 2030 y exigir 43 años de cotización para cobrar la prestación completa.
Las expectativas de las centrales, inicialmente establecidas en 750.000 participantes, fueron ampliamente superadas por la respuesta de los ciudadanos. Aunque, como ocurre siempre que hay manifestaciones, hubo un baile de cifras. Según el Ministerio del Interior, 1,2 millones de galos mostraron su oposición. 80.000 de ellos lo hicieron en París; pero el sindicato CGT, el mayoritario, cifró la participación en más de 2 millones, 400.000 en la capital. Tampoco faltaron los habituales incidentes, por lo que se registraron 38 detenciones, según el balance provisional.
«Permitir que se expresen las opiniones es esencial para la democracia», señaló la primera ministra, Élisabeth Borne, a la hora de valorar el éxito de la huelga general. «Continuaremos debatiendo y convenciendo», prometió en Twitter. El Gobierno no pudo obviar lo que era evidente. Durante la jornada el cierre de refinerías y escuelas fue casi total. Además el transporte quedó sumido en un caos y la producción eléctrica sufrió una fuerte caída. Los paros convocados por los sindicatos en la enseñanza pública fueron apoyados por el 42,35% de los maestros de Primaria y en el 34% en Secundaria, según cifras del Ministerio de Educación. Los convocantes elevaron estas cifras al 70% y 65%, respectivamente.
De forma parelela, los franceses vivieron un jueves negro en los transportes públicos. El 46,3% los trabajadores de la SNCF, la compañía estatal de ferrocarriles, no acudió a sus puestos de trabajo, lo que obligó a la supresión de numerosos servicios en todo el país. En París, tres de las dieciséis líneas del metro quedaron interrumpidas y se registraron fuertes perturbaciones en las restantes, con algunas unidades circulando solo a hora punta. Varias estaciones estuvieron completamente cerradas
A 830 kilómetros de distancia de París, Emmanuel Macron defendió su reforma de las pensiones, que calificó de «justa y responsable». «Si queremos que el pacto entre generaciones sea justo, hay que llevarla a cabo» para poder salvar el sistema, advirtió en Barcelona, donde firmó a su homólogo español, Pedro Sánchez, el Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia. El presidente recordó que este proyecto figuraba en el programa electoral con el que fue reelegido en abril de 2022.
Los sindicatos y varios dirigentes de partidos de izquierda criticaron el hecho de que Macron estuviera en España durante las protestas. «Debería escuchar lo que pasa en la calle, en vez de alejarse de la realidad», dijo Philippe Martinez, líder de la CGT. Las centrales y los partidos de izquierda consideran que el sistema de pensiones por reparto no está en peligro y no justifica una reforma «tan brutal», por todo ello adelantaron que habrá una nueva jornada de lucha el próximo día 31.
«El Gobierno ha perdido la primera batalla: la de convencer a la gente de la la necesidad de esta reforma. Nadie cree en el valor de los argumentos presentados por el Gobierno», dijo en la manifestación de Marsella Jean-Luc Mélenchon, líder del partido izquierdista La Francia Insumisa, el equivalente de Podemos en Francia.
Mélenchon instó a los galos a mostrar al Ejecutivo que «no están dispuestos a aceptar todo». «El Gobierno, y especialmente el señor Macron, quiere un pulso con los trabajadores de este país. Nosotros debemos mostrar que este pulso lo vamos a ganar», advirtió el líder izquierdista.
A juzgar por la respuesta de la calle, los franceses no están dispuestos a trabajar dos años más. Francia es actualmente uno de los países de la Unión Europea con una edad de jubilación más baja. Otros socios comunitarios ya tienen estipulada la jubilación a a los 65 o 67 años.
La reforma de las pensiones es un tema siempre socialmente explosivo en Francia. Macron ya lo intentó durante su primer mandato, pero encontró una fuerte oposición en las calles. La pandemia hizo que finalmente la reforma quedara aparcada. Ahora lo vuelve a intentar. Está por ver si podrá lograrlo esta vez.
Según el calendario previsto por el Gobierno francés, la reforma de las pensiones deberá ser adoptada por el Consejo de Ministros el próximo lunes 23. Se espera que la Asamblea Nacional comience a examinar el texto a principios de febrero, para su entrada en vigor el 1 de septiembre.
El 72% de los franceses se opone a la reforma de las pensiones, según el último sondeo de Ifop-Fiducial para Sud Radio, cuatro puntos más que hace una semana. A pesar de este fuerte rechazo, los ciudadanos son pesimistas. El 79% está convencido de que terminará siendo aprobada. El 66% considera «realista» mantener la edad de jubilación en los 62 años actuales y solo el 30% propone un regreso a la jubilación a los 60 años, como defiende La Francia Insumisa, según el mismo sondeo.
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