Farage quiere congelar la inmigración y cambiar la política de cero emisiones

Farage comenzó su alocución afirmando que el Reino Unido está roto, que nada funciona. Recordó la deuda, del 99% del Producto interior Bruto. El país estaría «socialmente roto». Todos sus residentes se sentirían «menos seguros en las calles». «Sufre un declive cultural» y «los niños «son envenenados» por la manera en la que se enseña la historia británica.

«Nuestro contrato con vosotros», escrito por el segundo del partido, Richard Tice, sería el antídoto contra una política también rota. «Nadie cree lo que dicen los programas electorales (manifestos en inglés)». «Si digo que esto es un manifesto, pensarías que es mentira», dijo el orador, a quien el exprimer ministro David Cameron acusó este fin de semana de intentar destruir al Partido Conservador y utilizar un lenguaje engañoso.

«Millones de votantes del Brexit creyeron que el Gobierno controlaría la inmigración en masa, pero ha ocurrido lo opuesto. No hay liderazgo en el Gobierno soberano y la gente necesita ser inspirada. No tenemos nada de esto», dijo Farage. La diferencia social que habría llevado al Brexit se ha agrandado, según el líder popular en la campaña por la marcha de la Unión Europea.

Había elegido Merthyr TyDfil porque Gales ha sido gobernado desde 1997 por los laboristas y, según Farage, tiene más impuestos que Inglaterra y recibe peores servicios. En un momento del largo discurso, dijo que los dos grandes partidos son muy parecidos, pero los laboristas son más incompetentes. En Gales ganó el Brexit y sus votantes han elegido diputados autonómicos de partidos que lideró Farage.

Tice, millonario constructor, era el líder del partido antes de que Farage le arrebatase el puesto. Es el segundo accionista de un partido que tiene una estructura legal de empresa con responsabilidad limitada. Y ha elaborado una lista de medidas que son un breve programa electoral. Entre ellas aumentar a 24.000 euros el umbral a partir del cual hay que pagar el impuesto de la renta y congelar la inmigración.

Quiere romper los lazos británicos con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, recaudar el dinero que ganan los bancos privados con sus depósitos en el banco central, cambiar la política ecológica de Cero Neto y acabar con la extendida prohibición en las ciudades de conducir un automóvil a más de 32 kilómetros por hora. Aumentaría al 2,5% y al 3% el presupuesto de Defensa.

La campaña electoral fue agitada la pasada semana por un sondeo que daba ventaja de un punto a Reform UK sobre los conservadores. El primer ministro laborista, Harold Wilson, acuñó una frase célebre: «Una semana es un tiempo largo en la política». Quién sabe qué hubiera pensado de un partido que se presenta para una campaña electoral anunciando qué hará dentro de cinco años.