Un grupo de jóvenes soldados reciben formación militar en un país nórdico R.C.

Europa recupera la mili obligatoria

Finlandia, Suecia, Dinamarca, Noruega y los países Bálticos apoyan las ventajas del reclutamiento, Alemania y Francia lo estudian y España no se lo plantea porque la amenaza de Putin parece lejana

Mateo Balín

Madrid

Sábado, 4 de mayo 2024, 13:09

El servicio militar obligatorio es un deber. Todos somos responsables de la defensa nacional y necesitamos recibir instrucción. Si el reclutamiento fuera voluntario muchos jóvenes no lo harían y la protección del país sería insuficiente en caso de un conflicto armado». Eetu es un adolescente ... finlandés de 17 años que dentro de unos meses vestirá el uniforme militar. Estudiante de Secundaria de un instituto de Kerava, una ciudad de 35.000 habitantes del área metropolitana de la capital Helsinki, comparte sus reflexiones sobre el reclutamiento juvenil en su país junto a sus compañeros Santeri, Aaro y Ella.

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«Es una parte fundamental de la defensa de Finlandia por lo que pueda pasar. Yo voy a hacerla, aunque es verdad que la ley permite realizar un servicio civil si uno no quiere formarse como militar», interviene Santeri, compañero de instituto de Eetu. «Yo lo tengo claro, voy a recibir formación militar porque todos somos responsables de nuestra defensa. Estoy muy orgulloso y muy emocionado por poder proteger a mi país dentro de unos pocos meses», enfatiza Aaro.

Solo la joven Ella, también de 17 años, mantiene una opinión «contradictoria» sobre el deber constitucional de todo varón finlandés de recibir formación castrense a partir de los 18 años y pasar a la reserva hasta los 50 (en la actualidad hay unos 800.000 reservistas en Finlandia). «Es bueno porque somos pocos habitantes y si no fuera obligatoria la mili no tendríamos defensa propia en caso de una guerra. Pero también creo que todo el mundo debería tener derecho a decidir y no tener la obligación de elegir entre hacer la mili o el servicio civil, porque la tercera opción es oponerte e ir a la cárcel. La libre determinación es importante», sostiene esta estudiante del último curso antes de comenzar la etapa universitaria.

Finlandia es un país con pocos habitantes, 5,5 millones, pero con un vasto territorio –la mitad de España– con más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Hace 13 meses se convirtió en el miembro número 31 de la OTAN tras un veloz proceso de adhesión que comenzó meses antes, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania de febrero de 2022. Un conflicto tan cercano que hizo revivir en la sociedad finlandesa el drama nacional existente tras las dos confrontaciones bélicas contra Moscú en el siglo XX.

15% de la población de Finlandia

5,5 millones de ciudadanos finlandeses son reservistas del Ejército (unas 800.000 personas de entre 18 y 50 años), la cifra más alta de la Unión Europea.

En el país nórdico apenas hay discrepancias sobre un debate que ha resurgido con fuerza en suelo europeo, sobre todo entre los países del Este fronterizos con Rusia: el regreso del reclutamiento obligatorio. La propia Finlandia, Suecia, Dinamarca, Noruega o los países Bálticos defienden las ventajas del deber de realizar la mili, Alemania se lo plantea, Francia lo ha trasladado a la opinión pública mientras que en los territorios del sur, como España o Italia, no está sobre la mesa.

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«El trauma de haber tenido dos guerras en un siglo contra Rusia, la humillante paz que firmaron, la pérdida del 20% del territorio... todos estos hechos conforman una narrativa popular y una cultura de defensa fortísima en Finlandia. Se enseña en las escuelas, se transmite en casa, hasta el punto de que el porcentaje para coger las armas en caso de una amenaza es altísimo. La mili dura unos seis meses. Les mandan por regla general a la región de Laponia y la prueba es bastante dura. Más del 70% de los varones completan su servicio militar», cuenta Noel, el padre de una estudiante adolescente de la ciudad de Kerava.

Maniobras de una unidad militar suiza con tanques alemanes Leopard Reuters

El interlocutor pone el acento en la percepción ideológica de la sociedad finlandesa sobre el servicio militar obligatorio: «En muchos países se asocia con valores conservadores, pero la cultura de defensa en Finlandia no se vincula con ser ultras ni fascistas. Es un concepto más universal y democratizado. Más cercano a la protección de valores liberales frente al vecino autoritario. Para nosotros está en juego la libertad y el riesgo se percibe mucho más elevado», relata Noel.

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Las orejas del lobo ruso

El grado de percepción de la amenaza rusa es lo que configura este debate sobre la mili obligatoria en Europa. Alemania ha anunciado una reforma de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) para que esté preparada para la guerra. Como uno de los problemas es la falta de efectivos, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, ha reconocido que está en discusión el reclutamiento juvenil obligatorio. Y es que la invasión rusa de Ucrania, de febrero de 2022, que fue precedida por la anexión de Crimea y la ocupación parcial de la región ucraniana del Donbás en 2014, ha transformado las necesidades de defensa de los aliados europeos.

Países con mili obligatoria

  • Finlandia El miembro 31 de la OTAN cuenta con una inversión en gasto militar superior al 2,5% de su PIB, unos 5.800 millones al año, y sus fuerzas armadas cuentan con 24.000 efectivos.

  • Suecia El miembro 32 de la Alianza aporta unos 25.000 efectivos y su previsión es aumentar el gasto militar hasta 2030 (unos 5.000 millones adicionales) hasta alcanzar el 2,6% de su PIB.

  • Noruega Por vez primera superará este año el 2% de su PIB en gasto militar dentro de un plan que prevé llegar al 3% en 2036. Cuenta con 22.000 efectivos y de los 9.000 reclutas que hacen cada año la mili obligatoria se quiere pasar a 13.500 en diez años.

  • Dinamarca Destina el 2,4% de su PIB a la defensa y se plantea una reforma para aumentar la mili a los 11 meses y que sea obligatoria para las mujeres, como ocurre en Suecia y Noruega.

  • Letonia Subió el gasto al 2,4%, dispondrá de 31.000 soldados, 30.000 reservistas e introdujo la educación militar obligatoria.

  • Lituania Tras recuperar la mili obligatoria, busca incrementar su ejército (15.000 efectivos) y la guardia de frontera (5.000).

La OTAN acaba de cumplir 75 años con casi el triple de integrantes de los que había en su fundación tras la reciente adhesión de Finlandia y Suecia, dos países históricamente neutrales. Un aniversario que ha supuesto una vuelta a los orígenes con la profundización de la defensa de las fronteras. Y para ser eficaz en esta estrategia de seguridad urge contar con más militares.

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«Necesitaremos más soldados si pervive el mensaje de que va a haber una guerra. Es algo evidente, ya que con el nivel de confrontación actual no solo se requiere más gasto militar sino más efectivos. Cuando se han visto las orejas al lobo con Rusia ya no debería ser baladí hablar de determinadas cosas, tampoco en España», apunta el coronel jubilado Manuel Morato, presidente de la asociación para el debate y análisis de políticas de seguridad y defensa (IDAPS).

La soldado sueca Vera Nylander en una unidad de combate marítima durante su instrucción obligatoria. AFP

Dos de las naciones más militaristas en la actualidad, Noruega y Estonia, como también Finlandia, no suprimieron el servicio militar obligatorio al finalizar la Guerra Fría. Los otros dos países bálticos, Letonia y Lituania, que se sienten especialmente amenazados por Rusia, lo han reintroducido. Suecia, por ejemplo, lo recuperó en 2018 tras haberlo suprimido en 2010. El motivo fue la reconocida dificultad para encontrar vocaciones militares, de ahí el lanzamiento del programa Total Defence para este fin.

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La formación obligatoria en Suecia para hombres y mujeres es de once meses. Unos 100.000 jóvenes son seleccionados anualmente, pero sólo el 5% presta servicio. El pasado año, unos 4.000 jóvenes suecos habían completado la formación militar, lo que representa el 15% de las fuerzas armadas del país. Suecia tiene previsto aumentar el número de reclutas a 6.000 para 2025 y alcanzar los 10.000 diez años después.

Dinamarca se acaba de sumar a Suecia y Noruega a la hora de incorporar a las mujeres al servicio militar obligatorio. Tras la última reforma se amplió la instrucción de los cuatro a los once meses con una formación específica en el Ejército de Tierra, del Aire o la Marina. Cada año tienen previsto llamar a 5.000 jóvenes.

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4% Gasto militar

30.000 millones sobre el PIB en Polonia, que tiene 148.000 militares y una fuerza territorial de 38.000 efectivos

En el caso de Polonia, es uno de los pocos países de la OTAN donde hay suficientes voluntarios. De momento no se plantea levantar la suspensión del servicio obligatorio, vigente desde 2010. Eso siempre que no se considere necesario por un nuevo giro en el escenario bélico. Para aumentar el número de soldados, el Ministerio de Defensa cuenta con varias medidas como el servicio voluntario, las llamadas Fuerzas de Defensa Territorial o proyectos como entrenarse con el Ejército. Este año prevén formar a 30.000 voluntarios.

La negativa de Robles

En España el reclutamiento forzoso data del siglo XVIII y fueron los Borbones los que lo implantaron. La conocida mili se transformó en un sistema del que se libraron los privilegiados y tenía mala imagen. Se suspendió en 2001, tras un periodo en el que se admitió la objeción de conciencia. «Señoras y señores, se acabó la mili», proclamó el entonces ministro de Defensa, el popular Federico Trillo. Una frase histórica con la que se anunció que ya no habría más llamadas a filas. El objetivo era claro: se prefirió contar con unas Fuerzas Armadas profesionales, como las que ya tenían otros países de nuestro entorno.

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En el plano político, la supresión de la mili comenzó a fraguarse mucho antes, concretamente en 1996, con el bautizado como Pacto del Majestic. Fue un acuerdo con el que el presidente José María Aznar logró el apoyo de la ya desaparecida CiU de Jordi Pujol para ser investido. Entre las condiciones estaba la supresión del servicio militar obligatorio, algo que se materializó en 2001.

En la actualidad, cualquier debate sobre la recuperación de la mili o un sistema similar parece tan lejano como la percepción de la amenaza de Putin. Precisamente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, zanjó cualquier canto de sirena el pasado 21 de marzo. «No va a haber servicio militar obligatorio de nuevo, en absoluto, ni creo que se le haya pasado a nadie por la cabeza», confirmó a las preguntas de los vocales de la Comisión de Defensa del Senado. Robles explicó que los países que la quieren recuperar lo hacen por una «cuestión geográfica», ya que en estos lugares ven más próximo el conflicto que enfrenta a Rusia con Ucrania y la percepción de la amenaza es mucho mayor.

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