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Europa mira estos días preocupada hacia el otro lado del Atlántico. Hay temor a las consecuencias de la elección de Donald Trump como próximo presidente de los Estados Unidos, una persona que ha amenazado con imponer nuevos aranceles a productos europeos o con retirar el ... apoyo militar a Kiev. Pero el bloque no está desvalido ante esta segunda 'era Trump'. La pandemia y la guerra en Ucrania han acabado con su inocencia y el continente es ahora más independiente económicamente y en materia de seguridad de lo que era en 2016. Ese ha sido el principal mensaje de los líderes presentes en la reunión de la Comunidad Política Europea, que reunió este jueves en Budapest a los jefes de Gobierno de 47 países.
El dirigente húngaro, Viktor Orbán, se mostró orgulloso como anfitrión y celebró que «todas las miradas están puestas en Budapest». Tan solo unas horas antes, el socio díscolo de la Unión Europea (UE) y el dirigente europeo más próximo al presidente ruso, Vladímir Putin, felicitó por teléfono a Trump por lo que calificó como «el mayor retorno de la historia de la política». Este jueves, reconoció que brindó «con vodka» al conocer la noticia y «compartió su felicidad» al conocer este resultado «fantástico». Para Orgán, la victoria de Trump planea ciertas incógnitas sobre la guerra en Ucrania y apostó por «un alto el fuego» que permita establecer una comunicación para los diálogos de paz.
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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no acudió a la que fue la quinta reunión de la Comunidad Política Europea para centrarse en la emergencia causada por la dana. A su entrada al Estadio Puskas, sede del encuentro, la mayor parte de las declaraciones giraron en torno a los resultados de las elecciones estadounidenses. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, deseó poder «profundizar» en la alianza con EE UU, pero destacó que Europa «puede hacer frente a todos los desafíos si está unida».
Destacó que los informes del expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi y del ex primer ministro italiano Enrico Letta han servido para identificar los puntos débiles del bloque. «El futuro de Europa está en nuestras manos», subrayó. Un mensaje en el que coincidió el máximo responsable del Consejo Europeo, Charles Michel: «Tenemos una agenda propia. Queremos desarrollar nuestras capacidades y preparación en materia de seguridad». Fuentes diplomáticas destacaron, igualmente, que la UE es «adulta y resiliente», sea cual sea el resultado de las elecciones estadounidenses.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, incidió en las consecuencias para la seguridad global que puede tener la retirada del apoyo de Washington a Kiev. Apuntó a la necesidad de que los aliados trabajen juntos para contrarrestar la influencia de Irán, China y Corea del Norte, que se han unido a los rusos en la guerra de Ucrania. La victoria sobre Moscú «es clave para la seguridad euroatlántica. Si Rusia vence, tendríamos la amenaza en nuestras fronteras y esto sería malo para Europa y EE UU», dijo antes de la reunión en la que también participó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Michel añadió que si la Casa Blanca no ayuda a Kiev se mostrará «débil» ante Putin «¿y eso qué mensaje da ante China?». Orbán, por su parte, se preguntó «quién pagará la guerra en caso de que EE UU retire su ayuda» e interpreto la llegada de Trump como «un nuevo capítulo» en este conflicto.
El presidente francés, Emmanuel Macron, impulsor de la Comunidad Política Europea, apuntó a la necesidad de una «agenda ambiciosa» en el bloque y apostó por «no externalizar la seguridad europea». En ese mismo sentido, el belga Alexander De Croo pidió más inversiones en Defensa y «acelerar» hacia el objetivo del 2% del PIB en gasto militar que marca la OTAN.
Ese mismo mensaje también se ha oído de boca de líderes no pertenecientes a la UE. El albanés Edi Rama señaló que el regreso de Trump «no tiene por qué ser necesariamente malo para Europa. Debe servirnos para reflexionar y avanzar hacia una Europa más fuerte». El dirigente noruego, Jonas Gahr Store, deseó que Washington siga «comprometida» con el apoyo a Ucrania, pero reconoció que «probablemente todos tendremos que hacer más».
La danesa Mette Frederiksen subrayó la alianza con Washington es «la más importante» para el continente, pero -al mismo tiempo- reclamó «una Europa más fuerte con Ucrania como prioridad». El primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, llamó a un «despertar geopolítico urgente». «No podemos afrontar la asociación con EE UU desde un punto de debilidad», subrayó.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pidió este jueves a los aliados que aumenten su inversión en defensa por encima del 2% del PIB. «Parte de esto, y tiene razón (Donald Trump), es que del lado europeo tendremos que gastar más y hacer más para cumplir los objetivos de capacidades», dijo, consciente de que sólo dos tercios de los socios cumplen con esa cifra, establecida hace más de una década. España, con un 1,28%, se sitúa a la cola del gasto militar.
Rutte compartió desde la cumbre de Budapest su deseo de sentarse a hablar con el futuro inquilino de la Casa Blanca para abordar los retos presentes en seguridad, como la creciente alianza entre Rusia, Corea del Norte, China e Irán. «La gente de Estados Unidos le ha elegido, ahora es el presidente. Entiendo que tenemos que lidiar entre todos y llegar a posiciones comunes y creo que podremos hacerlo», zanjó.
El dirigente húngaro defendió ante sus colegas europeos el modelo migratorio de Hungría, que no deja entrar al país a las personas cuyas solicitudes de asilo no hayan sido aprobadas y pidió «una revuelta» a nivel europeo contra el «activismo judicial». «En 2015, ante la crisis migratoria, construimos una valla y fue considerado un crimen», recordó. La Comisión Europea elevó una denuncia contra Hungría ante la Justicia europea, que condenó al país «algo que ahora está ocurriendo en Italia», apuntó. Sin embargo, Orbán criticó que «no ha habido ninguna propuesta para resolver la situación actual». Para el líder húngaro la única solución es «una revuelta ante la jungla burocrática europea». «Las cortes nacionales están decidiendo en función de sentencias europeas, lo que en la práctica paraliza a las autoridades nacionales», dijo y prometió que Hungría seguirá aplicando su propio sistema.
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