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La guerra entre Moscú y Kiev tiene un nuevo frente. Desde el 1 de enero, el gas ruso no llega a Europa a través de la red de abastecimiento de Ucrania. Ya hay repercusiones. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, se siente perjudicado y amenaza ... con retirar la ayuda financiera a más de 130.000 refugiados ucranianos que residen en el país. Asegura, además, que está considerando cortar el suministro eléctrico a Kiev. Para solucionar este conflicto, exige la reanudación del flujo de gas ruso o una compensación por las pérdidas económicas que comienza a provocar la decisión de Ucrania.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta el 8 de diciembre había 130.532 exiliados ucranianos en Eslovaquia. Los dos países comparten frontera. Los refugiados pueden pagar las diferencias entre los dos gobiernos.
Fico acusa a Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, de comenzar el año «con un sabotaje» a las finanzas de Eslovaquia y con un daño a los intereses de la Unión Europea. «Tras esta decisión unilateral», señaló el primer ministro, su país dejará de ganar cada año «los casi 500 millones de euros» que se embolsaba con las tarifas de tránsito de gas ruso a través de su suelo. Según Fico, la UE pagará ahora precios más altos por la electricidad y perderá 120.000 millones en los próximos dos años. «Rusia, en cambio, no se verá afectada. La decisión del presidente Zelenski sólo beneficiará a Estados Unidos con el aumento del transporte de gas a Europa», argumentó.
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Rafael M. Mañueco
El político eslovaco también arremetió contra la oposición de su país y contra los medios de comunicación por «callar» y «tolerar» el «sabotaje de Zelenski», y adelantó que la coalición de Gobierno prepara ya una batería de medidas a adoptar en respuesta a la postura de Kiev. El primer ministro subrayó que sus socios de coalición también perciben este asunto «como excepcionalmente importante» y «digno de una reacción por parte de un país soberano».
Eslovaquia firmó el año pasado un contrato para comprar gas natural a Azerbaiyán y un acuerdo para importar gas licuado desde Estados Unidos a través de Polonia. El abastecimiento también está asegurado a través de gasoductos en Austria, Hungría y República Checa.
La empresa rusa Gazprom interrumpió el pasado miércoles el suministro de gas natural a través de Ucrania al expirar los acuerdos de tránsito por cinco años firmados en 2020 y ante «la negativa» de Kiev a pactar una prórroga. Zelenski, pese a las pérdidas económicas para su país, quiere así tapar una vía de financiación para el enemigo que inició la invasión de su territorio en febrero de 2022.
Tras el estallido de la guerra en Ucrania, la Unión Europea ha reducido su dependencia energética de Rusia al buscar alternativas y contratos con otros países como Catar y Estados Unidos. Estos acuerdos han ayudado a mantener la estabilidad de los precios pese a la desconexión con la red rusa. La UE considera que el cierre de esta vía de suministro no va a tener un gran impacto. El mercado del gas mantiene unas cotizaciones estables en torno a los 48,50 euros por megavatio hora. Aun así, la competitividad de la industria comunitaria, en especial la alemana, se ha visto afectada frente a rivales como Estados Unidos y China.
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