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T. Nieva
Sábado, 17 de febrero 2024, 21:14
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se ha autoproclamado siempre como el defensor de la familia y la infancia ante los ataques pedófilos. Pero ahora su Gobierno se ha visto envuelto en un escándalo tras salir a la luz que la presidente del país, ... Katalin Novák, había indultado a un hombre condenado por encubrir abusos sexuales en un hogar infantil. Orbán trató de mantenerse al margen de este asunto y guardó silencio hasta ayer cuando declaró que la dimisión de Novák junto a la renuncia de la exministra de Justicia, Judit Varga, y de un obispo, «deja solucionado» este escándalo.
«La ola de la consternación solo pudo ser dominada con la dimisión de la presidenta. Pasó lo que tuvo que pasar», aseguró Orbán durante su discurso sobre el estado de la nación. Era su primera referencia pública a un asunto que ha provocado una multitudinaria protesta antigubernamental.
El primer ministro confesó que el comienzo de 2024 ha sido «una pesadilla», en referencia a la dimisión de la presidenta Novák y al anuncio de Judit Varga, la ministra que firmó el indulto, de retirarse de la política y no ser cabeza de lista para las elecciones al Parlamento Europeo de junio.
Hace dos semanas la prensa húngara informó de que Novák había indultado en abril de 2023 a un miembro de la directiva de orfanato que trató de encubrir, incluso con amenazas a las víctimas, una decena de casos de pederastia cometidos por el director de la institución.
Tanto la presidenta como la ministra Varga, muy cercanas a Orbán y las dos únicas mujeres con poder en el sistema político húngaro, dimitieron sin que el primer ministro se manifestara hasta ahora sobre el caso. La tercera cabeza que ha rodado ha sido la de un obispo de la Iglesia calvinista de Hungría, que antes fue ministro de Recursos Humanos, Zoltán Balog. Renunció el viernes a su cargo en la dirección de la iglesia por haber apoyado el indulto como consejero de Novák.
Las especulaciones sobre la posible implicación de más ministros aumentaron cuando Peter Magyar, exmarido de Varga, acusó públicamente a altos cargos del partido en el Gobierno de permitir que las mujeres asumieran la culpa. «No quiero formar parte ni un minuto más de un sistema en el que los verdaderos culpables se esconden tras las faldas de las mujeres», dijo Magyar.
El escándalo ha minado la credibilidad del Gobierno y del mismo Orbán, que se presentan como defensores de la familia tradicional y que han llegado a aprobar una ley que vincula la pederastia con la homosexualidad. Esa norma ha provocado que la UE abra a Hungría un proceso sancionador por vulnerar los principios y valores comunitarios.
El viernes por la tarde más de 40.000 personas participaron en una protesta para solicitar más protección a los niños que viven en hogares de acogida y que son víctimas de abusos. Orbán ha prometido reforzar la ley de protección infantil.
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