Ekaterina Duntsova, la mujer que quiere derrocar a Putin

El problema es que Duntsova, poco conocida para la mayor parte de la audiencia rusa, al no tener el apoyo de ninguna fuerza política con presencia en el Parlamento, tendrá que recoger 300.000 firmas antes de que acabe enero a fin de que su candidatura sea definitivamente admitida y pueda concurrir a unos comicios en los que el más probable ganador será el actual presidente, Vladímir Putin. Pero ella ha lanzado ya la campaña para lograr apoyos.

«Abriremos centros de recogida de firmas en muchas ciudades del país. Necesitaremos voluntarios para trabajar en ello. Como siempre, espero vuestra ayuda. Creo que juntos afrontaremos esta tarea y recogeremos 300.000 firmas. Si está dispuesto a ayudarnos desde su ciudad para obtener mi nominación, rellene el formulario adjunto», reza el comunicado difundido en la web duntsova2024.ru. Va a necesitar también apoyo financiero.

Los canales opositores de Telegram alertan de la posibilidad de que el Kremlin lance contra ella una operación de acoso y derribo. Duntsova se ha pronunciado a favor de poner fin a las hostilidades en Ucrania, se opone a la prohibición del aborto que promueve la Iglesia ortodoxa rusa, pide la puesta en libertad del opositor Alexéi Navalni y de todos los presos políticos. Es madre de tres hijos.

Hasta la fecha no ha estado involucrada en asuntos políticos de alto calado. De ahí que no sea un personaje de renombre. Lo que es seguro es que va a ser perseguida a partir de ahora por los medios de comunicación próximos al Kremlin con la previsible intención de desacreditarla. De ahí que evite pronunciar la palabra «guerra», cuyo uso está penado en Rusia, ya que lo que sucede en el país vecino es, según las autoridades locales, una Operación Especial Militar destinada a «desnazificar y desmilitarizar» Ucrania.

Fue diputada de la Asamblea local de la ciudad de Rzhev, en la región cercana a Moscú de Tver, en donde ya tuvo problemas con la Policía por organizar encuentros con sus electores. La prensa oficial rusa sostiene que Duntsova tiene detrás al que fue patrón de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, que pasó diez años en la cárcel y vive ahora en el exilio. Puesto que la oposición real, encabezada por Navalni, está en prisión, fuera del país o algunos de sus más destacados representantes fueron asesinados, ella es de momento la única candidata con un perfil crítico contra la política de Putin.

En cualquier caso, conocidos politólogos, como Abbás Galliámov, estiman que los comicios serán una «farsa», una «imitación de elecciones». Galliámov ve difícil que Duntsova logre la nominación como candidata, un «proceso completamente en manos de las autoridades (…) a lo que hay que unir tres días de votaciones con posibilidades de falsificación infinitas». A Grigori Yavlinski, antiguo líder de la formación liberal Yábloko, le fue rechazada la inscripción en 2012 pese a que recogió las firmas necesarias. Se adujo «defectos de forma» para invalidar gran parte de las listas de apoyo presentadas, algo que podría repetirse ahora con la experiodista.

El primero en presentar la documentación ante la Comisión Electoral fue Putin, el pasado lunes y, según su presidenta, Ella Pamfílova, otros quince candidatos lo han hecho también, entre ellos Duntsova y el jefe de los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático (LDPR), Leonid Slutski. Los comunistas no se han decantado todavía por ningún pretendiente al sillón presidencial. Lo harán en los próximos días.