Los unionistas aprueban la restauración de la autonomía en Belfast tras dos años de bloqueo

La provincia norirlandesa ha sido administrada por funcionarios desde que el DUP se apartó de las instituciones, alegando que el Protocolo firmado por el Gobierno británico y el Consejo Europeo para facilitar el comercio de la región con mercados de la Unión Europea la alejaba del resto del Reino Unido. Donaldson dictó siete puntos que debían cumplirse para que el DUP participase en el Ejecutivo.

El ministro para Irlanda del Norte en el Gobierno de Londres, Chris Heaton-Harris, se reunirá este martes con Donaldson y las líderes del Sinn Féin, Mary Lou McDonald y Michelle O'Neill, para perfilar los siguientes pasos que llevarán a la creación de un Gobierno autonómico en Belfast, que, por primera vez, tendrá como ministra principal a una representante del movimiento nacionalista partidario de la unidad de la isla.

No se ha publicado el acuerdo, que cumple sus siete puntos, según afirmó Donaldson tras la reunión, pero incluye una ley que fortalecería la unión y que debe aprobar rápidamente el Parlamento, también medidas que suavizan los controles fronterizos de las mercancías que entran en Irlanda del Norte procedentes del resto del Reino Unido y una garantía de que la región no estaría obligada a copiar las normas dictadas por Bruselas para el mercado común.

El Protocolo incluido en el Acuerdo de Retirada de la UE, que entró en vigor hace cuatro años, estableció un sistema de controles que complicó el comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en el que se deben separar los productos que serán consumidos en la provincia y los destinados a la República de Irlanda, parte del mercado común. Londres y Bruselas ya suavizaron los procedimientos aduaneros con el Marco Windsor presentado hace un año.

La reunión de la Ejecutiva del DUP, con 130 miembros, estuvo rodeada de secreto, pero un unionista contrario al proceso de paz y al Acuerdo de Viernes Santo, Jamie Bryson, emitió lo que ocurría en el salón a través de su cuenta en la red X, antes conocida como Twitter. Hubo momentos de histeria para impedir la filtración, mientras un coro de disidentes acusaba de traición al DUP en el exterior.