La derecha populista crece en la UE al calor de los discursos antiinmigración

El ejemplo más claro lo personifica la primera ministra italiana, Georgia Meloni, que ha formado una aianza con el 'premier' británico, Rishi Sunak, para endurecer su política migratoria e influir en las decisiones del bloque comunitario sobre esta materia.

El giro de la UE fue patente tras el reciente atentado de Bruselas, en el que un ciudadano tunecino -que residía de forma ilegal en Bélgica desde 2016- mató a dos ciudadanos suecos. Desde entonces tanto la Comisión Europea, como Suecia y Bélgica han reforzados sus discursos antiimigración y han llamado a finalizar las negociaciones sobre el Pacto de Migración y Asilo. Entre las medidas que incluye este expediente está acelerar la devolución de los migrantes a sus lugares de origen y la cooperación con terceros países para que no entren en territorio europeo.

La derecha es también la clara favorita en las elecciones de Países Bajos, que se celebrarán el mes que viene. El Partido Popular por la Libertad y la Democracia, con Dilan Yesilgöz-Zegerius a la cabeza, ha propuesto «reforzar las fronteras» y limitar las reunificaciones familiares de los refugiados de guerra en el país. Además, se abre a negociar con la formación ultraderechista e islamófoba Partido por la Libertad.

En Suecia, el movimiento ultra Demócratas por Suecia fue el segundo partido más votado en los últimos comicios, con el 20,5% de los apoyos y un mensaje contrario a la inmigración. Ese mismo discurso lo replican formaciones en otros países nórdicos como el Partido Popular Danés, en Dinamarca; el Partido de los Finlandeses, en Finlandia; y el Partido del Progreso, en Noruega.

Preocupa especialmente el auge de este tipo de movimientos en los Estados miembros con mayor influencia. En el Parlamento francés, la formación de Marine Le Pen cuenta con 89 escaños y en Alemania, el voto de los democristianos junto a la ultraderechista Alternativa para Alemania en el Estado oriental de Turingia, mostró que el cordón sanitario a este tipo de formaciones se está agrietando.

Pese a todo, también se observa la tendencia contraria en algunos Estados miembros, como es el caso de Polonia, con su giro europeísta; y España, donde Vox perdió 19 escaños en las últimas elecciones generales.