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A, G.
Domingo, 22 de octubre 2023, 22:43
El populismo antieuropeísta no solo gana enteros dentro del seno de la propia Unión Europea, sino también en países fuera de ella y que prefieren seguir permaneciendo al margen de ese 'club'. Tal es el caso de Suiza, donde la Unión Democrática de Centro (UDC), ... formación derechista que hizo campaña contra la «inmigración masiva» y criticó el alineamiento del Gobierno helvético con las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Rusia, se alzó con el triunfo en las elecciones legislativas celebradas ayer con algo más del 29,2% de los votos. Tras la UDC, la segunda fuerza fueron los socialistas del PS, que lograron una muy leve alza y alcanzaron poco más del 17% de los sufragios. El tercer puesto se lo disputan el partido de centroderecha El Centro y el Partido Liberal Radical (PLR), ambos con alrededor del 14,5% de los votos, mientras que los Verdes retrocedieron hasta el 9,1% y los Verdes-Liberales lograron un 7,1% de los apoyos.
En estos comicios Suiza, con unos 8,8 millones de habitantes, elegía los 200 diputados para renovar su Consejo Nacional, la Cámara Baja del país, y los 46 senadores del Consejo de Estados, la Cámara Alta. Este último órgano, que representa los cantones que conforman la Confederación Helvética, estaba dominado hasta ayer por el partido El Centro, de centroderecha, y el Partido Liberal Radical (PLR), de derecha. Tras estas elecciones, los parlamentarios nombrarán el 13 de diciembre a los miembros del Consejo Federal (el Gobierno suizo), en el que los cuatro primeros partidos se reparten las siete carteras ministeriales.
«Es una gran satisfacción», declaró la vicepresidenta de la ganadora Unión Democrática de Centro (UDC), Céline Amaudruz, en la televisión pública suiza. En su campaña, la UDC defendió la «estricta neutralidad» suiza y criticó el alineamiento del Gobierno con las sanciones de la Unión Europea, de la que no forma parte, contra Rusia. Pero sobre todo enfatizó su posición contra «la inmigración masiva» a la que acusa de numerosos problemas, como la criminalidad, el aumento del gasto social o el incremento del consumo de electricidad.
Un discurso que ha seducido a la población suiza, una de las más ricas del mundo.
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