Se acabó la excepción
Daniel Reboredo
Historiador y analista político
Lunes, 11 de marzo 2024, 17:33
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Daniel Reboredo
Historiador y analista político
Lunes, 11 de marzo 2024, 17:33
Era cuestión de tiempo que, en este mundo etéreo, woke y falto de referentes políticos sólidos, se consumase lo que ha acaecido en nuestro país vecino tras las elecciones celebradas el pasado domingo. Y no nos referimos al giro hacia la derecha del electorado portugués, ... con la ajustada victoria de la coalición conservadora de la Alianza Democrática de Luis Montenegro (Partido Social Demócrata, Centro Democrático y Social-Partido Popular y Partido Popular Monárquico), ni a la resistencia que ha ofrecido el Partido Socialista de Pedro Nuno Santos después de sus anteriores mayorías absolutas, sino a la consolidación de la ultraderecha en el único país de la UE donde aún era algo testimonial. Se acabó la excepción, aunque los candidatos de los dos partidos mayoritarios mantengan su palabra, el conservador de no aliarse con ella y el socialista de permitir un Gobierno en minoría. Veremos si finalmente es así.
En Portugal, al igual que en el resto de Europa, el modelo político ha entrado en crisis, algo poco excepcional en estos tiempos. El agotamiento del consenso respecto a un arquetipo de crecimiento desigual, la desaparición de las expectativas sociales y como consecuencia el aumento del resentimiento ciudadano al borrar sus esperanzas de mejora, el envenenamiento social por los odios individuales y privados vehiculizados fundamentalmente por las redes sociales y las constantes mentiras que en ellas aparecen sin consecuencia alguna y, finalmente, el notorio y visible deterioro de los servicios públicos han propiciado el camino sin retorno de un modelo político en el que los partidos orgánicos tienden a desaparecer. La incapacidad de éstos para responsabilizarse y responder a la vida de los ciudadanos ha teatralizado su caída.
Y he aquí que aparece la cuentista, oportunista y mendaz ultraderecha que promete todo lo que no va a cumplir y que mina la convivencia destruyendo consensos utilizando siempre los mismos argumentos vacíos. La desesperación y el hastío de la población es su gasolina y de ello se vale con maestría. La Chega de André Ventura recoge los espacios comunes de la ultraderecha mundial. Partido racista y xenófobo, aunque lo niegue, expresa sólo lo que la gente quiere oír y los mantras de siempre: xenofobia, fronteras cerradas y prietas las filas, privatización de los servicios públicos, desaparición del corpus social, neoliberalismo extremo, promiscuidad entre la política y los grupos económicos, etc.
Irónicamente, su vertiginoso crecimiento va a coincidir con el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles el próximo 25 de abril. Crecimiento vinculado a la ola de extrema derecha que está azotando a Europa y al mundo, al descontento y la frustración ciudadana por el sistemático incumplimiento de los partidos en el poder y a las encadenadas crisis políticas provocadas por las sospechas de corrupción no confirmadas aún.
Oímos al monstruo respirar cada vez más fuerte en la Europa acomplejada de nuestros días.
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